Cómoda, relajada, Magui Aicega (45) recibe a Ciudad en la intimidad de su bella casa. Short de jean, musculosa y ojotas, gaseosa para todos y ¡mucha energía!
La histórica capitana de Las Leonas y actual jugadora de la Primera del Belgrano Athletic Club, entrenadora de divisiones juveniles, conductora del ciclo de entrevistas Ligas Mayores e integrante del programa Tres Arriba por TNT Sports, nos mostró un costado que poco se conoce en los medios.
Instalada en su hogar, que tiene la particularidad de estar dentro del Hindú Club -en el que su marido, Mariano "El Gaita" Lorenzetti (41), jugó toda la vida al rugby-, Magui nos presenta al más chiquito del clan. En #ExpertxsEnPañales, Luca (3 años y medio) compartió por primera vez una entrevista con su famosa mamá.
La familia la completan Rocco (9) e Indiana (7), y Magui reconoce: "Me hubiera encantado tener 4 hijos, pero ya está. Son tres bendiciones y tres está bien. Con cuatro ya debería cambiar el auto por empezar. La verdad es que quizás con uno más no podríamos criarlos de la manera en la que lo estamos haciendo ahora, mandarlos al colegio que queremos y eso. Dos son mucho y tres, multitud".
"Sé que no soy el prototipo de mamá 'normal' porque, por ejemplo, a las 7 de la tarde, cuando muchas vuelven a su casa, yo me estoy yendo a entrenar. Pero me ocupo de otras cosas, quizás estoy en otros momentos. Creo igual que todo fue cambiando y ya no hay un modelo de mamá típico".
-Te vemos muy compañera de Luca, ¿qué cosas compartís con él?
-Él va hasta el mediodía al colegio, porque empezó salita de tres. La verdad es que intento estar el mayor tiempo posible con ellos. Por suerte con él siempre tuve trabajos que me permitieron buscarlo al mediodía y compartir tiempo. Es un placer. Una vez por semana me lo llevo a almorzar, va siempre conmigo a todos lados. Además, al ser el tercero, es como que lo disfruté muchísimo yo y toda la familia. Al ser más grandes, para los hermanos también es divertido.
-Fuiste mamá de tu tercer hijo a los 42 años, ¿qué diferencias notás con respecto a tus otras experiencias?
-A Rocco lo disfruté un montón por ser el primero y a Indi por ser la nena, pero al ser dos años más chica que el mayor, dar la teta y todo no estaba bueno, lo tenía al mayor saltándome al lado. Me decían "qué lindo" y yo pensaba "la estoy pasando pésimo". En el caso de Luca, sus hermanos ya entendían más los tiempos, él además se maneja mucho con ellos y no tenés que estar tan pendiente de si se aburre. Pobrecito, es como que se cría más solo... En el primero siempre es todo nuevo y después, por ejemplo, con Rocco me pasó que le costó agarrar la teta. Llegó un momento en el que me relajé y dije "si no le puedo dar la teta no pasa nada, le doy leche aparte y listo". Me decían que si le daba complemento no me iba a querer agarrar la teta y no fue así. A los tres les di hasta los 6 meses.
-¿Te fuiste relajando con el correr de los hijos?
-Soy más de la idea de que ellos se van adaptando a tu vida también. Es nuestra vida y ellos se acostumbran y se adaptan a todo. Pienso que uno va haciendo lo que uno cree que es lo mejor y así los chicos van a estar contentos, esa es mi filosofía.
-Se te nota súper independiente, tenés muchas actividades fuera de tu casa, disfrutás de tus cosas, ¿cómo hacés para complementarlo con la familia?
-Soy muy independiente, porque mi vida siempre fue así. Obviamente lo complemento con la familia, pero sé que no soy el prototipo de mamá "normal" porque, por ejemplo, a las 7 de la tarde, cuando muchas mamás vuelven a su casa, yo me estoy yendo a entrenar. Pero me ocupo de otras cosas, quizás estoy en otros momentos. Creo igual que todo fue cambiando y ya no hay un modelo de mamá típico. Por ahí en esos horarios tres veces por semana no estoy en mi casa. Pero ellos se adaptan, no es que me reclaman que me voy a entrenar. Además, ellos también tienen sus actividades, cuanto más grandes se ponen, más hacen. Rocco juega al rugby; Indiana, al hockey; y tienen sus horarios y rutinas. Y como yo tengo horarios de laburo más flexibles, no es que llego muerta de laburar a las 6 de la tarde y encima me voy a entrenar, porque sería mucho más difícil. Por ahí no lo podría seguir haciendo. Obviamente hoy mi prioridad es la familia y si me pasara de no poder estar durante todo el día, creo que no disfrutaría tanto de lo otro. Con este ritmo de vida que tengo, puedo levantarlos, llevarlos al colegio, irlos a buscar, puedo llevarlos a almorzar algunas veces.
-¿Creés que también es fundamental que vos disfrutes cada una de tus actividades?
-Claro. Si hago algo y la estoy pasando pésimo o hay algo que quiero hacer y no puedo, lo voy a venir a transmitir a mi casa y la vamos a pasar pésimo todos.
-¿Cómo es un sábado típico para tu familia?
-¡Nos vamos todos! Desaparecemos hasta la noche. Es lo normal de toda la vida para nosotros. Cuando por algún motivo no hay hockey ni tampoco rugby para ir a verlos a mi marido o a Rocco, digo "¿qué hago?". Uno te lo tomo, es como "un sábado me quedé", pero si al siguiente me pasa lo mismo no sabría qué hacer. Siempre fue así. Yo me voy a las 8 de la mañana y estoy todo el día en el club. Ahora, además de jugar también entreno a la división de mi hija, que es la décima, y me encanta porque está haciendo la vida que hacíamos nosotras. Está todo el día en el club, con las amigas, después juego yo y hay tercer tiempo. Estoy desde las 8 de la mañana hasta las 9 de la noche en el club. Luca me acompaña a mí por ahora, potrea por todos lados y hace un poco la suya.
"Con el Gaita estamos juntos desde el 2000. Dentro de todas las actividades que tenemos, también le damos importancia a nuestra vida de pareja. No te voy a mentir, no nos gusta mucho salir, sí quedarnos en casa. Ahora nos fuimos a surfear a Perú solos. A mí me encanta y a él lo llevé un poco por el lado de la comida".
-¿Cómo hacen para encontrarse con el Gallego como pareja?
-También tenemos nuestra vida de pareja. No te voy a mentir, no nos gusta mucho salir, sí quedarnos en casa. Por ahí un día decimos "vamos a comer" y al rato nos miramos y decimos "¿por qué vamos a ir a comer si no nos gusta? Mejor quedémonos". Disfrutamos mucho de estar en casa. Sí solemos irnos solos durante el año.
-¿Cuál es el secreto para estar juntos desde hace casi 20 años?
-Y sí. Estamos juntos desde el 2000 y nos casamos en 2006. Hay años que podemos irnos más solos, otros no tanto. Disfrutamos mucho la vida familiar. Ahora nos fuimos a surfear a Perú solos. A mí me encanta y a él lo llevé un poco por el lado de la comida.
-¿Planean tener más hijos?
-Me hubiera encantado tener cuatro, pero ya está. Son tres bendiciones y tres está bien. Con cuatro ya debería cambiar el auto, por empezar. La verdad es que quizás con uno más no podríamos criarlos de la manera en la que lo estamos haciendo ahora, mandarlos al colegio que queremos y eso. Dos son mucho y tres, multitud. Aparte, ¡llega un momento que en vez de madre te convertís en remise!
-Vivís dentro del club de rugby de tu marido y en el que juega tu hijo mayor, tu hija ya juega al hockey en tu club: ¿cómo es esa vida, qué libertades les das a tus hijos?
-Vivimos acá adentro y Rocco, por ejemplo, ya se va caminando solo, es buenísimo. En el caso de Indiana, ella ya juega en Belgrano, y la tengo que llevar porque es chiquita y queda más lejos. No soy miedosa, pero sí tengo cuidados y respeto y hay ciertos lugares a los que prefiero llevarlos yo. Ya me va a tocar la época de las salidas... Todavía ninguno tiene celular, aunque ya me pidieron, pero no. Ven YouTube, controlo mucho eso. Soy súper abierta a las redes y todo, pero me parece que todavía son chicos, van a tener toda la vida. Siempre voy chequeando con las demás mamás a ver en qué andan y así vamos yendo como por una misma línea.
-Además de deportista, sos nutricionista y decidiste hacerte vegetariana, ¿cómo fue esa decisión y cómo manejás el tema de la comida en tu casa?
-Soy vegetariana hace seis años, pero no soy obsesiva. Trato de que coman bien, pero si quieren ir a comer comida rápida, los llevo porque les gusta. Yo no como, pero entro y quizás me como una papa frita. Trato de que coman bien, pero no soy rompebolas. Si quieren tomarse una gaseosa a la mañana, no. Me levanto, les hago un jugo de naranjas, toman su leche y después comen bastante bien, porque nosotros también comemos bien. El fin de semana un poco se descontrola, comen un poco más de golosinas. Pero la realidad es que no me preocupa, porque no son nenes que durante la semana se la pasen comiendo dulces o tomando gaseosa. Alguno tendrá más gusto por una cosa que por otra, pero en general les gusta mucho la fruta o los licuados. En mi caso, no soy vegana porque no puedo.
-¿Cómo fue tu experiencia de vegetarianismo y embarazo?
-Durante el embarazo de Luca me tenía que suplementar, pero es algo que siempre tuve que hacer. Siempre fui muy consicente de eso y lo hacía. Estaba bien, me hacía constantemente análisis. Yo sé qué comer, me alimento bien. Para mí fue más una cuestión que me hizo mejor mentalmente que otra cosa. Siempre lo quise hacer, pero no podía porque me gustaba la carne y no podía dejarla, era un sufrimiento. El día que no fue más un sufrimiento, sentí que lo logré. Cuando miro la carne no digo "qué asco" ni tampoco "qué asesinos que están comiendo carne". Elijo no comerla y me hace bien desde lo mental. Desde lo físico me siento perfecto, sigo jugando y lo puedo hacer. Si fuera un sufrimiento, volvería a comer.
-¿Entonces, no sos de esas fundamentalistas del mundo "veggie"?
-¡Para nada! No jodo a nadie. No es que caigo a un asado y digo "¿para mí qué hay?". Si hay ensalada, como ensalada y si sé que no va a haber nada, como antes en casa o me llevo algo. La típica de "¿y para los 'veggies' qué hay?" me molesta hasta a mí. "¡Comé lo que hay, no jodas! Es un asado". Uno tiene que saber adaptarse.
-Tenés 45 años y una carrera exitosísima en el hockey de la que todavía no te despediste. ¿Cómo es tu experiencia ahora dentro de la cancha?
-Disfruto a morir de seguir jugando. Se hace difícil porque cada uno tiene cada vez más actividades. Termino cansada, pero me hace bien y lo elijo. Es un cansancio lindo. Del juego termino muerta, los sábados termino cansadísima. La diferencia que más noto es que antes no me levantaba a las 6 de la mañana. Lo que más me cansa es todo el combo, porque después desde lo físico me siento bien. Creo que va a ser el último año que juegue, porque se me hace cuesta arriba con la organización familiar. Yo no hago las cosas relajada y con tiempo porque tengo que cumplir horarios.
-¿Cómo te imaginás tu vida sin la competencia de los partidos?
-Siempre voy a estar ligada al hockey desde algún lado, voy a seguir entrenando a las chicas. Sé que voy a extrañar la competencia, pero lo estiré tanto que estoy totalmente exprimida, dejé todo. Por ahí el año que viene me quiera morir y siga.
Hago un montón de cosas, pero nunca voy a hacer algo de la misma manera que el hockey. Le dediqué años y lo disfruté. Las demás cosas las puedo disfrutar y querer mejorar, pero de otra manera. Me encanta esquiar, me encantan los deportes acuáticos, pero no pretendo competir en eso.
-Estás haciendo tus pasos como entrenadora, ¿te gustaría llegar a ser DT de Las Leonas?
-No es un sueño, cero. Me encanta entrenar y me encantaría colaborar con un entrenador. Te digo que no porque para llegar a eso tenés que tener experiencia. Yo entreno a divisiones de mi club y quizás sí me encantaría poder llegar a dirigir a la Primera, pero sería un hobby, no un laburo, y no podría ser entrenadora de otros clubes. No podría jugar contra Belgrano. Creo que, además, lo haría sin cobrar. Pero si me quisiera dedicar de lleno a eso, no podés poner condiciones y decir "sólo quiero entrenar a mi club", entonces por eso te tengo que decir que no aspiro a entrenar a Las Leonas. Después, si el día de mañana entreno 10 años a la primera de mi club y me llaman para entrenar a Las Leonas sería distinto. Pero no es mi objetivo.
-¿Cómo vivís esta revolución feminista desde tu posición de mujer del deporte?
-Está buenísimo. Está buenísimo que sumen más mujeres, hay muchas chicas muy valiosas. En el ambiente del fútbol particularmente cuesta, es muy machista. Conozco medios en los que contratatan periodistas porque "hay que meter a mujeres" y no valoran quizás el buen trabajo que hacen. Por otro lado, no sé si algún día una árbitra podrá dirigir en Primera en un Superclásico, por ejemplo. Me encantaría. No sé si se le dará la oportunidad. Y ojo, no es que yo pido que lo haga una mujer por el solo hecho de ser mujer, me gustaría que se dé la chance en el caso de que sea la mejor en lo suyo.
-¿Cómo fue tu experiencia en el hockey?
-La realidad es que en hockey siempre nos pasó lo contrario a nosotras, los varones siempre fueron los relegados. Pero lo que sí nos costó mucho fue empezar a visibilizar nuestro deporte. En esa época la única mujer que se destacaba popularmente era Gaby Sabatini y jugaba un deporte individual, así que lo nuestro fue una revolución. Y lo loco es que quizás otros equipos fueron una revolución porque jugaban bien o por ser una buena camada, pero no por el género. Para mí estuvo buenísimo y está buenísimo que las mujeres tomemos más lugares.
-¿Y en los medios cómo te sentís?
-La verdad es que siempre me miraron con respeto y como no soy periodista, saben que no les quiero quitar el lugar. Estamos en diferentes niveles, ni mejores ni peores, con los periodistas. Es como que saben que desde mi lado voy a sumar. Aunque, por supuesto, no es cuestión de ir a opinar por opinar, sino prepararse. Estás en un medio y le tenés que llegar a la gente. Por eso tenés que aprender un montón de cosas para que le llegue correctamente a la gente.
"Soy vegetariana hace seis años, pero no soy obsesiva. Trato de que mis hijos coman bien, pero si quieren ir a comer comida rápida los llevo porque les gusta. Yo no como pero entro y quizás me como una papa frita. Durante el embarazo de Luca me tenía que suplementar pero es algo que siempre tuve que hacer. Siempre fui muy consicente de eso y lo hacía. Sé qué comer, me alimento bien".
-¿Qué es lo que más te cuesta de tu nuevo trabajo en los medios?
-Uno siempre trata de mejorar día a día en todo. Soy nutricionista, pero ahora trabajo en los medios y no sé cuál va a ser mi futuro. Pero sí sé que lo que hago lo quiero hacer lo mejor posible. En los medios soy nueva y me pasa algo que no me pasaba hace años, y es que estoy más para aprender. Además, soy realista y estoy ahí porque juego al hockey. No soy periodista y si no hubiera jugado al hockey, no me habrían llamado nunca. Sé que me llaman por ser una figura del deporte. Estoy ahí y digo "no tengo idea de esto" y tengo que aprender a decir "no sé", aunque en mi vida hasta ahora siempre sabía mucho sobre lo que hacía y todos me consultaban a mí. En la tele en sí, tengo que saber escuchar.
-¿Qué mirás en tus colegas de la tele, qué cosas creés que deberían modificarse?
-Miro a muchos, escucho a todos. De todos trato de sacar cosas importantes. Me gustan muchas mujeres que están en el deporte. Por ahí no me gusta el que critica porque le rinde. También entiendo igual que quizás lo hagan por eso, no lo comparto. Si a mí vienen y me dicen que tengo que criticar algo en lo que no estoy de acuerdo para que "venda", no lo podría hacer. Creo que también es distinto porque soy deportista. Entiendo que hay que debatir en la tele y a veces eso "garpa", pero no podría debatir si realmente no pienso lo que digo. Respeto a los deportistas y a los periodistas porque es una unión y unos necesitan a los otros. No me copa por ejemplo cuando se dice: "Tal es un muerto, jugó pésimo". Ahí sí me pongo del lado del deportista, porque nadie más que uno sabe que jugó pésimo, no hace falta decir "sos un muerto". Por ahí no me gusta que me digan que jugué horrible, pero si es así, me la banco. Además, muchas veces el técnico te pide algo, vos lo cumplís y no es lo que la gente ve. Y quizás ven que jugaste mal, pero cumpliste con lo que te pidieron.
-¿En qué aspecto sentís que tenés que mejorar?
-Estoy haciendo muchas entrevistas y por ese lado creo que voy bien. Aunque algunos me dicen "no uses tantas muletillas", otros me dicen "hablá así porque sos vos". Pero lo que siento que más me cuesta es todo lo extra. Por ejemplo, toda la parte del acting para hacer imágenes por ejemplo: "ahora caminan, se encuentran y se saludan". Estar frente a cámara no es un problema para mí y creo que también por eso me han llamado.