El amor irrumpió en el corazón de Luis Novaresio (56) con una fuerza demoledora, cuando hace un año conoció a Braulio Bauab (53), su vecino del complejo habitacional Silos de Dorrego. Por eso, el conductor de Animales Sueltos se anima a dar pazos cada vez más firmes a la par del agente inmobiliario.
Así es que, en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio, Luis apostó todo para comprometerse con Braulio en una fiesta íntima dentro de su hogar, en la que brindaron con champán y bailaron música electrónica. Muy emocionado, Novaresio describió el romántico momento en diálogo con la revista Caras: “Cuando Braulio sacó el estuche con los anillos, y después de que logré parar de llorar, en algún momento de la noche nos pusimos los anillos”.
“Mi anillo dice: ‘Churro moi’, porque él a mí me dice ‘Churro’. O sea que sería ‘Churro mío’. Son códigos entre nosotros, complicidades”.
Luego, el también abogado comentó: “Nosotros pasamos la cuarentena en mi casa, y este compromiso tiene que ver con lo que se produjo a partir de esta convivencia. Al principio fue forzada por las circunstancias sanitarias, pero después se convirtió en algo muy placentero. Nosotros no pensábamos tener tanta cotidianidad, pero la cuarentena lo presentó de esta forma. Como Vera (N del R: la hija de Bauab) tiene su cuarto acá, ella pasa unos días con la mamá y otros conmigo, y se produjo una convivencia muy linda”.
A su turno, Braulio contó los detalles de las alianzas de compromiso: “Los anillos tienen inscripciones muy íntimas que tienen que ver con las pequeñas cosas que van construyendo una historia de amor. El anillo mío dice: ‘Callate Benedetti’, porque todos los días cuando se va temprano a la radio, Luis me deja una cartita de amor. Tengo un sobre enorme con todas”. Ahí, Novaresio acotó: “Mi anillo dice: ‘Churro moi’, porque él a mí me dice ‘Churro’. O sea que sería ‘Churro mío’. Son códigos entre nosotros, complicidades”.
Embalado, Braulio Bauab afirmó: “Nos vamos a casar y, cuando se pueda, haremos una mega fiesta”.
Al final, Luis Novaresio reflexionó: “El mensaje es que, a pesar de este momento tan oscuro e incierto que vive el mundo, para mí queda como algo secundario ante la certeza y la luminosidad de todo lo que amo a este tipo. Este es un momento de gran felicidad”.