Luciana Salazar (37) contó detalles de su maternidad subrogada, antes de regresar a la Argentina con Matilda (su hija nacida el 15 de diciembre pasado en Estados Unidos) y reveló cuánto le costó el tratamiento. “70 mil dólares, desgraciadamente, es muy caro. Puse todos mis ahorros y también recibí ayuda. No es solo el tratamiento, se suma el alquiler de una casa en Estados Unidos, los gastos diarios, la comida. Es un presupuesto terrible”, le aseguró a la revista ¡Hola! Argentina.
“Soy madraza, como si lo hubiese sido toda la vida. Es que al no haberla llevada en mi viente, no sabía qué podía suceder con nuestra unión”, explicó Salazar. Consultada sobre si la madre subrogante había conocido a Matida, respondió: “No lo sé. Tal vez, en el momento del parto la pudo ver. No te lo podría decir, no tuve más contacto con ella”.
"Puse todos mis ahorros y también recibí ayuda. No es solo el tratamiento, se suma el alquiler de una casa en Estados Unidos, los gastos diarios, la comida. Es un presupuesto terrible".
Además, Luciana contó que en el futuro podría darle unas hermanitas a Matilda. “Tengo mitad de óvulos congelados y la otra mitad se usó para fecundar. Puede tener una hermana de la misma sangre: con mis óvulos y el mismo donante”, detalló.
"Matilda puede tener una hermana de la misma sangre: con mis óvulos y el mismo donante. No sé si volveré a recurrir a la subrogación. La verdad, siempre me gustó la idea de llevar un hijo en mi vientre".
“Encima, me salieron todos femeninos. Creo que mi deseo de tener una hija mujer fue más fuerte que cualquier cosa (N. de la R.: en realidad, el cromosoma que define el sexo del bebé es del padre). Usé 15 óvulos para fecundar y 15 para congelar. De esos, quedaron cinco embriones femeninos. El día de mañana, puedo volver a ser mamá o también los puedo donar”, completó.
Sobre el final, habló de la posibilidad de llevar un hijo en su vientre. “Después de esto, sueño con tener más hijos. No sé si volveré a recurrir a la subrogación. La verdad, siempre me gustó la idea de llevar un hijo en mi vientre. Si Dios, en algún momento de mi vida, me bendice con eso, bienvenido sea. Pero depende de la situación, la vida, mi estado, la edad”, concluyó.