Cada vez que María Valenzuela (61) sube al escenario, se ríe y hace estallar de carcajadas a los espectadores que ven su obra, El show de la menopausia. Sin embargo, en su vida real, todavía le cuesta salir de la fuerte depresión que la llevó a pesar 38 kilos, tras lo cual debió internarse en una clínica psiquiátrica.
A pesar de que no obtuvo el alta médico, la actriz que recuperó su peso normal se excusó en su necesidad de trabajar para salir de gira y tener controles bimensuales con su psiquiatra y el equipo de psicólogos. "No querían que empezara a trabajar. Pero les expliqué que era una necesidad para vivir, necesitaba salir a trabajar", afirmó en una nota con la revista Pronto.
Así, María confesó: "Tengo algunos días buenos, otros regulares y otros malos. Todavía estoy con terapia y medicación alopática (N del R: medicina tradicional) y con gotas medicinales de cannabis, de las que tomo dos gotitas a la mañana y dos a la noche. Todo eso para bajar la alopática, porque son dosis importantes las que tomo".
"Me gustaría estar enamorada. Ojalá llegue una persona. Por las dudas, me pongo linda, pero cómoda y con la bombacha sin agujeros, ja, ja. ¡Se pueden acercar, señores, no tengan miedo!".
Dicha medicación, aclara, la consume bajo prescripción gracias a la vigencia de la flamante ley que permite el uso medicinal del aceite de cannabis. "Me hacen muy bien. Tomo muchos medicamentos todavía. A las diez de la noche estoy para irme a la cama, si no tengo función".
Además, enfatizó: "No es cierto que haya pensado en quitarme la vida. Lo que decía era que si me moría, me moría. Pero nunca pensé en matarme". Luego, reflexionó sobre la imagen que le devuelve el espejo: "Me acepto tal como soy. Veo a una mujer sufrida que trata de sacar una sonrisa, que descuelga los guantes de box, se los pone y sale a luchar".
"Vi sufrir mucho a la gente que me rodeaba, sobre todo a mis hijos. Los vi en una situación dolorosa, pasándola mal, sin tener culpa de nada. Eso me hizo tomar conciencia".
Así, reveló que la mirada de su familia fue fundamental para tratar de salir adelante: "Vi sufrir mucho a la gente que me rodeaba, sobre todo a mis hijos. Los vi en una situación dolorosa, pasándola mal, sin tener culpa de nada. Eso me hizo tomar conciencia. Mis hijos siempre están cerca, todos los días nos hablamos, vienen a almorzar a casa, nos vemos todas las semanas".
Al final, María Valenzuela le abrió la puerta al amor: "Estoy sola desde hace mucho tiempo. Me gustaría estar enamorada. No convivir, pero sí tener una compañía. Al menos hace diez años que estoy sola. Quizá perdí la líbido… Y a lo mejor la recupero. Ojalá llegue una persona. Por las dudas, me pongo linda, pero cómoda y con la bombacha sin agujeros, ja, ja. ¡Se pueden acercar, señores, no tengan miedo!".
¡Esa es la actittud!