La perseverancia rindió sus frutos. Lorena Ceriscioli (41) pasa por uno de los mejores momentos de su vida: hace 15 días fue mamá por primera vez, junto al empresario gastronómico y exrugbier Juan Pablo Ramognino (48), su pareja desde hace cuatro años, y luego de un largo tiempo de búsqueda.
La modelo presentó al bebé en Twitter e Instagram y hasta compartió un video con el súper tierno primer baño de Gennaro, que despierta una enorme felicidad en sus padres.
Ceriscioli había conocido a Juan Pablo cuando no pasaba por un buen momento de salud, según había contado en la revista ¡Hola! Argentina: "Me habían operado varias veces por cuestiones de salud. Además de una anemia hereditaria que tengo de base, tenía endometriosis y miomas que me estaban haciendo la vida prácticamente imposible. Vi muchos especialistas que no daban en la tecla y la desesperación era muy grande, no sólo porque caminaba una cuadra y me agitaba, por ejemplo; sino porque, a su vez, sabía que, así, me iba a resultar imposible transitar un embarazo. Me operaron varias veces y el panorama era cada vez peor. Fue gracias a Juan Pablo, que es de los que investiga, se mueve, pone manos a la obra, que conocimos al doctor Ruhlmann, un especialista en endometriosis y en fecundación asistida, que hizo que nuestro sueño de formar una familia se cumpliera. Cuatro meses después de que me operó, quedé embarazada por primera vez, pero a ese bebito lo perdí y mi doctor me explicó que era absolutamente normal. Si bien al principio lo tomé bien, a los quince días caí y me bajoneé mucho. Con el tiempo, sin embargo, tratamos de relajarnos: no queríamos ponernos paranoicos. Al año, aproximadamente, pedí una consulta con Ruhlmann porque empecé a sentirme muy mal de nuevo. Fui sola y esperaba que él me dijera que el malestar tenía que ver con lo de siempre, pero nada que ver… Abrió la puerta y me dijo: '¡Estás embarazadísima!'. Me quedé helada, no lo podía creer".
Lo que siguió fueron meses de extremo cuidado y reposo: "A las doce semanas exactas me dejaron volver al trabajo. Me sentía súper y volví a full. El nombre Gennaro lo elegimos porque Juan (N de la R: quien tiene otro hijo, Lorenzo, de 15 años) ama Italia, ya que vivió mucho tiempo allá, cuando jugaba al rugby de manera profesional. Su apellido es italiano y el mío también, entonces se nos ocurrió repasar nombres de ese origen. Fue a él a quien se le ocurrió, por el santo de Nápoles, y cuando me lo propuso, le dije que sí, sin dudarlo".
Ahora, con Gennaro en sus brazos, los Ceriscioli-Ramognino no dan más de felicidad. La perseverancia dio sus frutos.