Una vez más, Lizy Tagliani (46) le puso el pecho a una delicada situación que la vida le puso en su camino: el domingo 26, su entonces novio, Federico de Nichilo, fue demorado tras infringir una norma de tránsito y huir de los agentes policiales. En ese momento, él estaba travestido y tenía en su poder dinero y pertenencias de la actriz.
Con la desilusión en carne viva, Lizy viajó a Buenos Aires desde Mar del Plata, habló con el peluquero y no hizo denuncia por supuesto hurto; accionar que hizo posible la rápida liberación de su ahora expareja.
"Ni bien abrieron las valijas dije 'esto no es un robo'. Todo lo que había era un estuche de lentes vacíos, botellas de whisky, ropa vieja, mis perfumes... No había ni un jeans de él".
A 48 horas de lo ocurrido, Tagliani le dio un móvil a El Diario de Mariana y puso en claro algunos hechos. Además de su dolor. "Cuando vine a Buenos Aires, yo tenía que verificar si las cosas y si la plata eran mías. Pero fue una horrible situación caminar por un lugar en el que en mi vida había estado, que es una comisaria, meterme por esos pasillo y verlo salir de una celda con una manta. Por eso no reconozco si era un vestido mio o no (el que tenía puesto). Ahí él me dice 'perdoname, perdoname. Me mandé una macana. No quiero seguir viviendo. Yo no fui'. Y no es que él no había sido, pero es algo que le sucede a él, en la cabeza. No sé qué diagnóstico dar", dijo la humorista, repasando los acontecimientos.
"Él es Federico, le encanta ser Federico. Pero ama el género trans y me ama a mí. Nunca lo había visto travestido".
En esa línea, Lizy enumeró los objetos y prendas que Federico había sustraído de su casa sin su permiso: "En la comisaría vi la caja de seguridad y las valijas. Ni bien abrieron las valijas dije 'esto no es un robo'. Federico no me robo. La primera valija no era mí, era de él. Después abrimos las otras valijas y todo lo que se había llevado era de alguien desesperado. Federico tenía todo el fin de semana, se podía haber llevado hasta el último zócalo, si hubiera querido, porque vivimos juntos. Sin embargo, todo lo que había era un estuche de lentes vacíos, botellas de whisky, ropa vieja, de invierno, mis perfumes, los ponchos de los perros. No había ni un jeans de él".
Por último, Tagliani adujo desconocer que De Nichilo se travista e hizo foco en un tratamiento que había comenzado en Córdoba para "aceptarse": "Él es Federico, le encanta ser Federico. Pero ama el género trans y me ama a mí. Nunca lo había visto travestido. ¿Si yo creo que él lleve una vida trans? No, pero hablé con su familia y a él ya le había sucedido una situación similar... Él había hecho un tratamiento psicológico en Villa Carlos Paz para encontrase, para no culparse por lo que le pasa y poder vivir feliz. Pero él no quiere ser una chica trans. Federico ama el género trans".