Qué mejor contexto para compartir su fuerte testimonio que el Día internacional de lucha contra el cáncer de mama. El noticiero de América entrevistó a un médico especialista para concientizar sobre la prevención de la enfermedad y Liliana Caruso impactó con su historia en primera persona. La periodista contó cómo venció la enfermedad y emocionó a todos en el piso.
Conocé su historia:
“En casa no había antecedentes de cáncer de mama, yo fui la primera. Tenía 40 años, me había hecho los estudios de prevención en septiembre. Y en enero, empecé con dolores de espalda y pensé que era por mi posición, y me empezó a doler el brazo. Fui al traumatólogo y me dijo que no tenía nada. Volví al ginecólogo y empezamos a investigar. No aparecía nada y al tiempo apareció lo que se llama el ‘ganglio centinela’, una especie de bolita que tenía en la axila derecha, mi problema era en la mama derecha.
"Nunca me olvido el momento en el que el médico me dijo ‘tenemos un cáncer de por medio, es maligno’. Fue tremendo. El médico es muy importante, hay que tomarlo con fuerza".
En un momento, no se podía ni palpar. Estaba escondida detrás de un músculo. De septiembre a marzo hubo un cambio, el brazo me seguía doliendo. En un primer momento, me decían que podía ser una mala depilación. ‘Esto es un ganglio inflamado por un vello encarnado, tenés una inflamación de un ganglio’. La cuestión es que no era eso, hicimos una ecografía con magnificación y descubrimos que tenía varios nódulos dispersos en toda la mama. Todo eso me demoró un año, terminé con una mastectomía en su momento, y ya tenía los ganglios del brazo tomados.
Yo sentía un dolor muscular. Movía el brazo y me dolía la espalda, la mano y el hecho de agarrar cosas… Pensé que era algo muscular, nunca pensamos que era un cáncer de mama. Tuve la suerte de haber sentido un pequeño dolor. Es cierto que la mayoría, porque cuando fui a quimioterapia compartí con la gente que estaba, hablábamos y decían ‘yo no sentía nada y apareció’.
"Ya voy a cumplir 10 años y festejo dos cumpleaños al año. Terminé con una mastectomía, quedan las heridas, las marcas. Y a veces eso es lo que a uno le cuesta más reponerse. Siempre tengo un lema que se lo repito a todos, mostrémoslas esas heridas como una batalla ganada".
Hay que ocuparse, no preocuparse. Las que tuvimos cáncer, todas la manejamos y la repetimos. Nunca me olvido el momento en el que el médico me dijo ‘tenemos un cáncer de por medio, es maligno’. Fue tremendo, lo único que le dije es ‘bueno, qué tengo que hacer’, y me entregué a hacer lo que tenía que hacer. Me lo tomé hasta con humor y el médico es muy importante, hay que entregarse a esa persona y hacerle caso. Y tomarlo con fuerza, y ver que hay un montón como yo que sobrevivimos. Ya voy a cumplir 10 años y festejo dos cumpleaños al año. Hay que darle para adelante y buscar los buenos ejemplos. Cada caso es diferente.
Tengo que seguir teniendo cuidado porque mi brazo no es el mismo de antes, no tengo mucha fuerza, tengo que hacer a veces drenaje linfático porque me sacaron ganglio, pero son pequeñeces al lado de todo. Lo más importante es que quedan las heridas, las marcas. Y a veces eso es lo que a uno le cuesta más reponerse. Siempre tengo un lema que se lo repito a todos, mostrémoslas esas heridas como una batalla ganada, son los trofeos de nuestra batalla”.