El 25 de marzo de 2014, Leonardo Fariña ingresó al penal de Ezeiza con prisión preventiva bajo la acusación de presunta evasión impositiva, y el tiempo le dejó sus huellas en el cuerpo: se lo ve con varios kilos menos. El martes por la mañana, el exmarido de Karina Jelinek se presentó en el Juzgado Correccional Nº 12 por un juicio por injurias que le hizo Ana Rosenfeld por tildarla de "pseudo abogada" y "máquina de decir mentiras".
En ese contexto, el periodista de Intrusos Pablo Layús le hizo una breve entrevista en la que el convicto no perdió el sentido del humor al responder entre risas a la pregunta de cómo estaba: "Preso. Igual, no tengo ganas de dar ningún tipo de declaración". En cuanto al posible plazo en que pudiera recobrar su libertad, Fariña fue lacónico: "No sé, la Justicia dispone de mi situación procesal".
Con sus manos esposadas, el enigmático empresario disparó contra la prensa por los rumores respecto a los supuestos malos tratos que habría recibido en prisión. "¿Quién miente? ¿Ustedes no eran los que decían que me habían rapado, que me habían violado y todo? Salió en todos lados. Una persona que está presa, ¿cómo puede estar? Entonces no me pregunten. Jamás me pasó eso (que dijeron). No estoy en el mismo pabellón que los Callejeros. No tengo ganas de dar ningún tipo de declaración, estoy abocado a que se resuelva mi situación procesal".
Sobre el final, Leo Fariña se sinceró al reflexionar sobre su bajo peso: "Son los nervios, es la situación. Que te consuma la cárcel, es propio. No depende de mí recuperar la libertad. Nadie quiere estar preso".