Lleva casi tres décadas como cocinero, metiéndole onda a guisos, potajes y comidas populares. Tiene un estilo muy personal y lo viene plasmando tanto en la televisión, como en sus restaurantes y, desde la cuarentena, en las redes sociales.
Leandro "Lele" Cristóbal (47) y su mujer, Cecilia Ergueta, recibieron virtualmente a Ciudad en su casa, donde cada día filman un capítulo más de sus recetas por YouTube (ya hicieron más de cien). En la extensa charla, se habló de todo: sus inicios en la gastronomía, la iniciativa solidaria que surgió en el aislamiento, los "menúes del barrio" que levantaron su negocio, su familia, la pareja, entre otros temas.
-¿Cómo están viviendo este momento tan especial en medio de la cuarentena, pero en lo personal muy interesante por el éxito de los videos en redes y por las nuevas propuestas gastronómicas que están ofreciendo?
Lele: -Este formato de cocinar y transmitir desde casa con un teléfono me encantó. Enseñar está buenísimo y si encima nos estamos divirtiendo, nos encanta. Y en cuanto a la idea del menú del barrio, surgió después de tener los locales cerrados durante un mes. Estábamos todos con miedo. Un día cuando salí de bañarme se me ocurrió y estuvimos 15 días pensándolo con todo el equipo. Arrancamos con el menú, que cuesta $220 para el público y al día siguiente también empezamos con las donaciones. Los videos sirvieron para hacer una comunidad más fuerte y más solidaria.
-Todo esto los llevó a conocer al ídolo de ustedes que es el Dr. Alberto Crescenti, diretor del SAME.
Cecilia: -Claro, él es una pesona que nos transmite mucho entusiasmo, mucho ánimo y una empatía envidiable. Un poco de eso te lo transmite y ya está, tenés la semana hecha. Lloramos un montón en casi las diez semanas que vamos a llevar donaciones al personal de salud. Es muy emocionante.
-Dada tu experiencia en las cocinas y con el éxito de los realities gastronómicos, ¿te animarías a ser jurado?
Lele: -La verdad que no. No sería malo, por eso. De hecho, cuando fue todo lo de MasterChef, me habían llamado y no me animé a tener que ser 'malo'. Creo que seguiría siendo así como soy. Todo no importa, no pasa nada. A veces en el restaurant sí me pongo 'estricto', pero no sé si me gustaría verduguear a alguien en cámara y hacer que se sienta mal.
"Es cierta la hostilidad en las cocinas. Hoy cambió todo igual. Pero yo aprendí con ese formato. Por ejemplo, que venga un cocinero tano y te faje. O que te castiguen, que te traten tan mal que te hagan llorar o llegar al punto de querer romper todo. A mí me pasó, yo aprendí de esa manera".
-Es un tema interesante, porque muchas veces se ha hablado de la hostilidad y hasta la violencia en las cocinas, ¿es mito o verdad?
Lele: -Es verdad la hostilidad en las cocinas. Hoy cambió todo igual. Yo aprendí con ese formato. Por ejemplo, que venga un cocinero tano y te faje. O que te castiguen, que te traten tan mal que te hagan llorar o llegar al punto de querer romper todo. A mí me pasó, yo aprendí de esa manera. Y de hecho, los que aprendieron conmigo y me conocieron al principio, en algún momento me tuvieron que sufrir. Después, gracias a Dios o a la evolución, a nadie se le habla de esa manera. Y mucho menos pegarle. O que te quemen a propósito.
-¿En serio te han llegado a pegar en una cocina?
Lele: -Todos los que somos gastronómicos 'viejos' lo vivimos. Yo tengo 47 años y hace veintiseis o veintisiete años que me dedico a lo mismo. Hoy a un pibe nuevo no se lo maltrata, no se le pega, no se lo quema con algo. Quiero pensar que no se hace más. Los 'franchutes' son como los más bravos de todos. Hoy no creo que sea tan heavy como antes. Pero siempre fue muy hostil. Ser cocinero es un trabajo duro, por más que no te fajen, no te maltraten. Un cocinero baldea el piso, limpia hornos, carga cajones, pela mil papas. No son todos Lele que está atrás y tiene a la mujer ahí con él y se caga de risa.
-¿Cómo fue que se dio la situación de violencia?
Lele: -Mirá, por más grandote que seas o te la aguantes, nunca es un par el que te hace eso. Entonces te la tenés que comer. Hasta que un día le decís "la próxima..." y ahí se rescatan. A uno le dije: "la próxima te vas a acordar". Y me agarró y me dijo "mirá, si yo te traté mal, es porque quiero estar encima tuyo", como que me trató de decir que era buena onda y casi como que le tenía que agradecer eso. Hablando con otros amigos que durante los noventa, en el uno a uno mentiroso que nos tocó vivir, recordamos que en todas las cocinas de grandes hoteles había chefs franceses e italianos. Yo tendría 17 o 18 años y uno la flasheaba y decía "en su país debe ser así" y hablando con amigos que estaban arrancando, todos estaban en la misma.
"Me hicieron una nota cuando fue todo el quilombo de Samanta, pero les dije tenía muchas más cosas de qué ocuparme, quizás el año que viene cuando todo esto se calme (pueda hablar). No veo tele, estoy ocupadísimo, con un restaurant y 45 empleados que necesitan un jefe centrado".
-Sé que no te gusta meterte en polémica, pero me gustaría saber cómo viviste todo el episodio de Samanta de Bake Off, que había trabajado en Café San Juan, uno de tus restaurantes.
Lele: -Samanta fue ayudante de cocina, sí. Preparaba los postres, pero con receta mía. Después supe que estaba trabajando en una oficina y ahora cuando explotó todo esto. Pero con todo lo que está pasando, con la vida diaria, no me enganché mucho. Me hicieron una nota, pero les dije tenía muchas más cosas de qué ocuparme, quizás el año que viene cuando todo esto se calme. No veo tele, estoy ocupadísimo, con un restaurant y 45 empleados que necesitan un jefe centrado.
Mirá la entrevista completa con Lele Cristóbal y Cecilia Ergueta.
Una publicación compartida por (@ciudad_magazine) el