El domingo 7 de marzo a las 20.30 hs., en Espacio Callejón (Humahuaca 3759) vuelve a realizar funciones El corazón del mundo, un texto de Santiago Loza que interpretan William Prociuk, Ezequiel Rodríguez y Lautaro Delgado Tymruk, que asume aquí también la dirección.
Habiendo cosechado excelentes comentarios de crítica y público, regresa esta original puesta que articula actores y hologramas para construir un relato donde confluyen experiencias vulgares, místicas, febriles, inocentes, una constelación de sucesos impregnados de ternura, de un halo onírico.
Un hombre camina sólo por la calle y es golpeado sorpresivamente de un palazo por un vagabundo en la noche. Cae y antes de llegar al piso su cuerpo estalla y vive en un instante tres vidas distintas. O quizás más. Nace y muere y vuelve a nacer en otros cuerpos. A veces es uno y a veces es toda la humanidad.
Santiago Loza y Lautaro Delgado Tymruk se conocieron estudiando en la Carrera de Dramaturgia de la EMAD. Hace un tiempo Loza le pasó la obra para que la lea y Lautaro decidió dirigirla. Se dispuso trabajar con un dispositivo de ilusión óptica que cree algo similar al efecto producido por los hologramas: presencias flotando en la escena del teatro que no están.
Comenzó a ensayar la obra y a filmar en paralelo. Se creó un equipo de montaje teatral ensamblado a un equipo de rodaje con más de 40 actores y actrices. Su formación como actor y en dirección cinematográfica lo ayudaron a afrontar el desafío. Y también su conocimiento en el mundo de la prestidigitación. La obra es artesanal y es también un experimento, un laboratorio que permite el juego de energías desatadas.
Actúa la compañía Mutantes Caníbales, integrada por William Prociuk, Ezequiel Rodríguez y Lautaro Delgado Tymruk, con Lorena Muñoz como Ángel de la Guarda, escenografía de Abigail Cohen realizada por Cristian Matías Amaya, luces de Ricardo Sica, vestuario de Laura Cacherosky, video de Paula Coton y Sebastián Zavatarelli, asesoramiento coreográfico de Margarita Molfino y asistencia de dirección de Violeta Palukas.
Fuente: Télam