Después de haber vivido en un santuario de animales rescatados en Nueva York, Calu Rivero, que se siente muy feliz de poder compartir con su familia y su novio ruso su día a día, se instaló en su casa de Uruguay con los suyos.
Amante de los animales y la naturaleza, se divierte cuidando su espectacular huerta orgánica. Para que sea cada vez más fértil, hizo compostaje con sus desechos orgánicos y para eso "adoptó" insólitas mascotas: ¡casi 400 lombrices!
“¡Qué flash! Por ahí andan mis amigas, comiendo. Hay una embarazada... Lo que ven son todos los desperdicios míos y de toda la familia de la semana pasada. Es increíble ver cómo las lombrices terminan de comerlo y de hacer ese humus súper fértil que se convierte en tierra para después ponerlo, por ejemplo, en las plantas y en la huerta misma. Hay yerba, mucho mate, papel. Las lombrices viajan del piso de abajo, por unos agujeritos, a buscar esta nueva comida”, contó, contenta.
Y se despidió remarcando que desde hace tiempo tiene ganas de hacer compostaje en su hogar. "Estoy muy contenta, con la alegría de finalmente tener un compost en casa y devolverle al suelo materia orgánica para enriquecerlo más y más”, cerró.