A temprana edad, Andrea Ghidone (39) descubrió su pasión por el baile en su Uruguay natal. Desde entonces, su cuerpo siempre estuvo en movimiento y nunca más paró. Por el contrario, la virtuosa bailarina transcendió barreras limítrofes y hoy lleva más de diez años luciéndose en la Argentina, país al que adoptó como su segundo hogar. Actualmente está enfocada en Madam tango, espectáculo integral con el que saldrá a escena en abril, en el teatro Maipo.
Afianzada como artista y sin perder de vista a sus afectos, Ghidone realizó una sensual producción fotográfica para Ciudad, en la que lució su estilizada figura, producto de sus años de formación artística, y habló sin rodeos de sus búsquedas personales, la relación con su hija, Natasha (11), y su sueño de encontrar al hombre indicado para formar una familia y volver a ser mamá.
-¿De qué se trata Madam tango?
-Es un espectáculo integral. Son historias de una mujer, situadas en un cabaret del año ‘30. Esta mujer revela secretos y hace partícipe a la gente contándoles cosas que a cualquier persona le puede pasar, como la pérdida de un amor o de un ser querido. Estas historias se cantan, se relatan y, sobre todo, se bailan.
"No hay que buscar las cosas que a uno lo hacen feliz afuera, sino adentro. Yo ya no espero que un hombre me venga a hacer feliz, no espero que nadie me de lo que me falta. Eso está adentro de uno y el tango me permitió encontrar las cosas que están adentro mío".
-En un espectáculo integral, ¿cuáles son tus cuidados para estar bien de figura y tener energía para lucirte en escena?
-Soy bailarina desde que tengo conciencia. A los 5 años ya competía en gimnasia artística en Uruguay, Argentina y Latinoamérica. Desde mi nacimiento estuve cerca de la danza. Y esto fue porque mi mamá siempre me motivó a seguir el camino de la expresión y el baile. Iba con ella de la mano a competir, en una época que no era tan común. Todo eso me ayudó mucho corporalmente porque, si bien no tengo un cronograma de entrenamiento, el baile hizo que mi cuerpo tenga memoria. Además, el tango es muy beneficioso en cuanto al estilo de la mujer por las líneas largas, las piernas largas, el tronco firme y la pisada fuerte. El tango tiene mucha presencia y personalidad porque hay que hacerle frente a un hombre.
-¿Qué te seduce del tango?
-Lo que me enamoró del tango es esto de bailar de a dos. Porque es como en la vida, esto de ir juntos, en pareja, así sea con un amigo, con un hijo, con un hombre o con una madre. Uno en la vida se relaciona todo el tiempo de a dos, y en eso el tango me ayudó mucho en mi vida personal. Por ejemplo, aprendí a escuchar al otro, a concentrarme con el adentro y no en el afuera. No hay que buscar las cosas que a uno lo hacen feliz afuera, sino adentro. Yo ya no espero que un hombre me venga a hacer feliz, no espero que nadie me de lo que me falta. Eso está adentro de uno y el tango me permitió encontrar las cosas que están adentro mío.
"No encontré a ese hombre con el que quiera formar un hogar y que me haga sentir plena. Pero no pierdo la esperanza, porque creo que lo más maravilloso que hay es vivir en familia".
-A los 39 años, ¿ya te encontraste? ¿Sabés quién sos?
-Creo que nunca me voy a encontrar del todo. Lo que sí puedo decirte es quién quiero ser: quiero ser una mujer que se conecta con todo lo que hace, con el corazón y siendo coherente. A veces uno hace cosas por compromiso, para quedar bien, para que el otro no se enoje, y hoy intento correrme de ese lugar porque si no siento que no soy auténtica. Y lo que busco son relaciones auténticas. Cuando uno encuentra eso, ya no hay forma de equivocarse.
-¿Hoy estás en pareja?
-Estoy en pareja, pero no con ningún hombre en particular.
-¿Cómo sería eso?
-Cómo sería... Si bien quiero tener una familia constituida típicamente, hoy tengo un hogar con mi hija y siento que hemos dado grandes pasos juntas. Por algunas situaciones que pasamos, las dos entendimos que cuando te hacen daño, uno sale más fuerte y aprende muchas cosas. Y, la verdad, no encontré a ese hombre con el que quiera formar un hogar y que me haga sentir plena. Pero no pierdo la esperanza, porque creo que lo más maravilloso que hay es vivir en familia, en un hogar constituido y tener, por momentos, alguien en quién apoyarse.
-¿Qué lugar ocupa la familia en tu vida?
-La familia tiene un rol muy importante en mi vida. En enero de 2017 falleció mi papá y eso hizo que los roles en este nuevo organigrama familiar se fueran acomodando, porque mi papá tenía un rol muy fuerte. Así que nos estamos rearmando todos. Pero bien, desde un lugar de alegría, sabiendo que me dejó mucho aprendizaje y cosas que quiero cambiar. Por eso, desde ese lugar, siempre voy a soñar con formar una familia constituida: hombre, mujer y por qué no, tal vez, tener un hijo más.
"No descarto la posibilidad de volver a ser mamá. Yo disfruto mucho a mi hija, pero hoy tendría un hijo desde otro lugar, más relajado, en un hogar y sin tener que salir tanto de pueblo en pueblo con las giras, a las corridas, como me pasó con Nata".
-¿La ausencia paterna en qué te hizo despertar y querer cambiar tu forma de relacionarte con los hombres?
-Tal vez porque uno a veces siente que el hombre protege, cuida y da el sustento para que nunca falte nada. Esa es la concepción general que tenemos de los hombres de la casa. Pero yo me convertí en ese sustento, en esa persona que genera todo. Y es una gran responsabilidad. Más allá de que hoy tengo una excelente relación con el papá de mi hija. Es más, aunque estemos separados y divorciados, planeamos viajar este año juntos a Disney con Nata. Yo quiero disfrutar de ver a mi hija paseando en esos parques, y él también. Entonces, independientemente de que durmamos en cuartos separados, no queremos perdernos esos momentos. Como exparejas uno tiene que abrirse y evolucionar.
-Recién me decías que te gustaría volver a ser mamá...
-Sí, no descarto la posibilidad. Yo disfruto mucho a mi hija, pero cuando llegué a la Argentina ella tenía dos años y estuve aproximadamente cinco años con gira, y ella estuvo siempre conmigo, arriba del motorhome, festejando cumpleaños en lugares lejanos y con el elenco. Entonces hoy, lo que sé es que tendría un hijo desde otro lugar, más relajado, en un hogar y sin tener que salir tanto de pueblo en pueblo, a las corridas. Hoy uno quiere disfrutar las cosas, que no sea todo un esfuerzo, un sacrificio.
-¿Recordar esas vivencias te genera culpa o sentís que fueron situaciones que tuviste que pasar?
-La culpa es sinónimo de mujer. Pero como le digo a mi hija, somos responsables de las elecciones que hacemos, no culpables. En ese momento, yo era responsable de esa vida y tenía el objetivo de trabajar de lo que sé y amo para darle lo mejor. No es que no quise hacer otra cosa, estudié tres años Ciencias Económicas, pero no me imaginaba detrás de un escritorio... Y no me siento culpable, porque no hice nada malo, no la abandoné. Además, para ella, acompañarme, era una felicidad.
"Yo siempre digo que el Bailando es un programa que te potencia mucho; Marcelo Tinelli es un rey... Sería súper lindo formar parte porque ahí la pasás bien".
-¿A Natasha le gustaría seguir tus pasos?
-A mi hija la metí en un colegio con base en lo musical. Pero a ella le gusta más el deporte y hace hockey. A Nata hoy le gusta eso, no le interesa ni bailar, ni cantar, y yo la respeto y la admiro. Ella es la capitana del equipo y le pone toda la polenta, como yo le pongo al baile. Yo he dejado de hacer mil cosas para ir a verla jugar en un campeonato. Son gustos que me doy, son cosas que ya no me permito perdérmelas.
-Por último, con la búsqueda personal que estás haciendo, si te llega la propuesta de estar en el Bailando, ¿aceptarías o preferirías correrte de semejante exposición?
-Yo siempre digo que el Bailando es un programa que te potencia mucho. Primero, porque trabajás de lo que te gusta. Segundo, porque lo hace alguien que es un rey (Marcelo Tinelli), que sabe de televisión, de improvisación y del minuto a minuto. La verdad es que sería súper lindo formar parte porque ahí la pasás bien y la gente que está ahí la conozco a toda.
Fotos: Musepic
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff
Maquilló: Studio Martín Rodríguez
Peinó: Fabián Sigona
Agradecimientos: Calandra-Hock / Mobilia-Maldonado