Julieta Díaz (42) es la capitana sin cinta del equipazo -elencazo, en términos televisivos- que a partir de esta noche protagonizará una historia distinta, actual y verosímil.
Pequeña Victoria, que debuta hoy a las 22.15 en Telefe, contará las peripecias de Jazmín (Díaz), una empresaria exitosa que decide subrogar el vientre de otra mujer (Natalie Pérez), para cumplir su deseo de ser madre. La beba, Victoria, además tendrá otras dos figuras maternas (Mariana Genesio e Inés Estévez) que ya desde el primer capítulo se harán presentes.
En una interesante charla con Ciudad, Julieta -que por primera vez en su carrera encabezará una ficción- reveló más detalles del contenido. Además, reflexionó sobre la coyuntura actual con respecto al feminismo y también cómo vive su rol de mujer y madre en estos tiempos.
"Siempre me pasó eso de que mi nombre aparezca después en los títulos. Y esto lo vivo muy bien. Me encanta que la historia sea de cuatro mujeres protagonistas y también que estén los protagonistas varones y que puedan ir buscando su lugar en este nuevo paradigma, como les está pasando en la vida real".
-¿Qué nos podés adelantar sobre tu rol en Pequeña Victoria?
-Mi personaje es Jazmín, que es una mujer que está en su mejor momento laboral. Es una empresaria exitosa, que tiene muchas responsabilidades y elige subrogar un vientre, el de Natalie Pérez, para tener una hija sola, sin un padre conocido. Es decir, ella subroga el vientre y compra una donación de esperma anónima, pero después ese donante aparece y termina siendo Mariana Genesio.
-¿Cómo serán las otras tres madres de la beba?
-Natalie Pérez es la madre gestora, yo soy la madre que brinda el óvulo, Mariana la donación de esperma y después aparece Inés Estévez que es como una mamá postiza de Natalie, que la protege. Así que ahí se arma esa red de amor y cuatro maternidades. También habrá algunas paternidades porque aparecerán todas las parejas y amigos buscando su lugar en ese mundo medio matriarcal.
-Por lo que pudimos saber, tu nombre aparecerá primero en los títulos y la historia está protagonizada por ustedes cuatro, mientras que los actores varones (Luciano Castro, Daniel Hendler y Facundo Arana) las acompañan. ¿Cómo vivís este cambio de paradigma luego de años como protagonista de novelas, pero sin tu nombre en primer lugar?
-¡Puf, muy buena pregunta! Siempre me pasó eso de que mi nombre aparezca después. Y esto lo vivo muy bien. Me encanta que la historia sea de cuatro mujeres protagonistas y también me encanta que estén los protagonistas varones y que puedan ir buscando su lugar en este nuevo paradigma, como les está pasando a los varones en la vida real. Todos nos estamos deconstruyendo, las mujeres estamos buscándonos y los varones, a veces, están un poco más perdidos que nosotras.
-¿Notás a las mujeres más afirmadas?
-Sí y empoderándonos. Muchas veces quizás estemos demasiado vehementes con algunas cosas, pero tiene que ver con que estamos poniéndonos al día con un montón de deudas, mucho dolor y violencia. También hay muchos hombres amorosos y la novela hablará de eso.
-Estás en un gran momento laboral y en Pequeña Victoria se te nota liderando este equipo, ¿cómo es encabezar este grupo humano?
-Es simbólico en realidad porque estamos las cuatro liderando y también con un equipo grande de Viacom/Telefe, Burman, los directores y todas las cabezas de equipo trabajando. De alguna manera para el exterior sí es verdad que estoy encabezando, pero compartiendo con mis tres compañeras y también con mis compañeros esta historia de maternidades y paternidades.
"Por suerte, a pesar de que estoy separada del papá de Elena, él es un gran compañero de crianza, un padre amoroso y comprometido y es súper justo porque es una crianza 50 y 50 totalmente".
-¿Cómo vivís tu maternidad en estos tiempos?
-La vivo bien, me voy buscando, tengo una hija chiquita, Elena, de cuatro años y medio. Encima soy primeriza y el papá de mi hija también, así que con cada etapa nueva de mi nena nos vamos acomodando. Por suerte, a pesar de que estoy separada del papá de Elena (Brent Federighi), él es un gran compañero de crianza, un padre amoroso y comprometido. y es súper justo porque es una crianza 50 y 50 totalmente. Ahí andamos, buscándonos en este nuevo mundo que estamos transitando hoy.
-¿Qué te exige Elena?
-A mí me reclama tiempo. Ahora, por ejemplo, que estoy grabando no me ve nunca y eso me lo reclama. Capaz me dice: "¿me vas a llevar al jardín como todas las mamás?", y ahí me siento re culpable.
-¿Y con respecto a los juguetes o la ropa? ¿Qué gustos tiene Elena?
-A ella por ejemplo le gusta mucho la ropa rosa. Yo nunca le hice mucho hincapié en ese color porque no me gustaba que solo se identifique con eso, a pesar de que a mí me encanta el rosa. Entonces le compraba ropa verde, violeta, amarilla y también algunas cosas rosas. Pero bueno, a ella le encantan las princesas, los vestiditos, los aritos y bueno, es medio inevitable.
-¿Cómo vivís la relación con los hombres en medio de esta coyuntura feminista?
-Creo que la manera de encontrarse hoy como pareja es desde la deconstrucción de todos los días, escuchándonos, riéndonos también de nuestras resistencias. Creo que hay que preguntarse todo el tiempo, la verdad no la tiene nadie, siempre creo que son más importantes las preguntas que las respuestas.
"Bajo ningún punto de vista volvería a ser madre. Amo a mi hija pero cerré la fábrica absolutamente".
-¿Cómo analizás las relaciones hoy?
-El tema es no pensar que uno tiene la verdad. Hoy pasa de todo, desde la fobia a las feministas, por ejemplo. Y lo remarco porque yo puedo ser también ese "personaje" de la mal apodada "feminazi" y hay que entender que nos hemos puesto un poco reactivas después de siglos de violaciones, vejaciones, humillaciones y ninguneadas muy grandes. Entonces, creo que el hombre tiene que entender un poquito eso y la mujer también tiene que entender, a menos que te encuentres con un "machirulo" insportable (aunque también hay mujeres "machirulas" insoportables). Está bueno escuchar al hombre en lo que tiene para preguntar y para decir. A mí a veces incluso también me pasa que me encuentro siendo "machirula". Hay palabras que ya suenan un poco insoportables de tanto repetirlas, pero es verdad que la deconstrucción real hoy y el feminismo real hoy es con los hombres haciéndonos preguntas de a dos. Si no, es imposible. Y creo que si vamos a ver al hombre amoroso y que trata de encontrarse a sí mismo como un enemigo, estamos equivocadas. Por supuesto que a un tipo violento y desagradable hay que correrlo, al igual que a las tipas violentas y desagradables.
-Estando con tantos bebés dando vuelta, ¿te dieron ganas de ser mamá nuevamente?
-¡No! Bajo ningún punto de vista. Amo a mi hija pero cerré la fábrica absolutamente.