Entre las varias mujeres que realizaron denuncias públicas de acoso sexual contra Roberto Pettinato (62) en las últimas horas, Josefina Pouso (39) salió a contar su verdad sin vueltas ante cámara. La expanelista de Un mundo perfecto estuvo como invitada en Involucrados y aseguró: "Mi experiencia con Pettinato fue espantosa. Al principio, fue maravilloso, el primer mes. Porque fueron tres meses nada más. Una siente que trabajó un año entero, pero fueron tres meses nada más".
"Pettinato estaba indignadísimo porque le venía reclamando zapatos (a un empresario) y no le mandaban. Entonces yo supuestamente me había acostado con este señor, por eso tenía los zapatos. Y era una desagradecida porque con él no había pasado nada".
La modelo explicó cómo surgió a finales de 2008 el sobrenombre que le quedó gracias al movimiento que hacía en el ciclo que iba en el prime time de América: "Lo de 'Piernas' lo inventó él, porque cuando me vio, flasheó conmigo. Yo nunca estuve cómoda con eso, lo tuve que hacer. Fue un diciembre, y cuando terminó ese mes, tuve un altercado con él vía mensajes de texto porque deliró con que estaba con alguien que vendía zapatos... Porque me habían mandado canje de zapatos, porque yo era ‘Piernas’, me hacían un paneo y los zapateros me mandaban cantidades. Él estaba indignadísimo porque le venía reclamando zapatos (a ese empresario) y no le mandaban. Entonces yo me había acostado con este señor supuestamente, por eso tenía los zapatos. Y era una desagradecida porque con Petti no había pasado nada".
"Hablé con la producción y me dieron ‘Jose, ya se le va a pasar, porque él es así. Como que se engancha con una y después, con otra’. Era una obsesión".
Ante las dudas de los periodistas, Pouso aclaró que elevó las quejas correspondientes ante las autoridades de GP Producciones: "Hablé con la producción y me dieron ‘Jose, ya se le va a pasar, porque él es así. Como que se engancha con una y después, con otra’. Era una obsesión. Y cuando esa obsesión no pudo pasar al plano que él quiso que pase…".
"Estamos hablando de que viene, te da un beso y te muerde el cuello. Viene y te quiere tocar. Estamos hablando de algo fáctico, real. No de una idea".
"Es muy desagradable trabajar con él, porque todo el tiempo está hablando de cuestiones sexuales. De venir y decirte que te va a calmar, porque es muy buen experto haciendo sexo oral. Estamos hablando de que viene, te da un beso y te muerde el cuello. Viene y te quiere tocar. Estamos hablando de algo fáctico, real. No de una idea”, sentenció, enfática. Luego, justificó su paciencia ante los abusos: “Una intenta quedarse con su trabajo por todos los medios, y sortear un poco la situación".
"Se metió en mi camarín y me dijo que quería hablar conmigo (...) Cuando él me acorraló e intentó tocarme, le pegué una trompada en el estómago y le dije que la próxima iba al medio de la cara, y que le vaya a explicar a su mujer por qué tenía la nariz rota".
Hasta que reveló cuál fue el punto de inflexión: "La situación límite mía fue cuando me cambian de camarín de prepo, por pedido de él (…) Ahí, él se metió en mi camarín, me golpeó la puerta y me dijo que quería hablar conmigo. Le dije que sí, como algo normal, pero la situación pasó a mayores. Cuando él me acorraló e intentó tocarme, le pegué una trompada en el estómago y le dije que la próxima iba al medio de la cara, y que le vaya a explicar a su mujer por qué tenía la nariz rota. Fue así. Yo le pegué a él, porque lo quise sacar cuando lo tenía encima contra una pared. Y él me dijo ‘qué hacés, loca’".
"Después de ese incidente salí del camarín y no me dio aire en todo el programa. A partir de ahí, no me dio aire nunca más. Yo no pude hablar más".
Según Pouso, ese fue el principio del final de su participación en televisión: “Después de ese incidente salí del camarín y no me dio aire en todo el programa. A partir de ahí, no me dio aire nunca más. Yo no pude hablar más. Lo hablé con la producción. Gastón Portal hizo todo lo posible para que me quedara, me decía ‘te juro que esto ya se le pasa. Voy a hablar con él y a hacer todo lo posible’. Por ese lado, me sentí contenida por la producción, pero lamentablemente era que se vaya la panelista o el conductor”. Además, comentó: “Yo vi como le tocaba las lolas a Amalia. Pero ella considera que es libre con su cuerpo y no lo sintió como un acoso”.
Al final, Josefina Pouso destacó la honestidad brutal de Roberto Pettinato: "Por lo menos, él es así, es auténtico. Está diciendo lo que él piensa y lo que cree, no está haciendo una pantonima de algo. Él es eso que se lee, que se ve y escucha. No es otra cosa".