Sus conocimientos y su excéntrica personalidad hicieron que el economista Javier Milei se convierta en un interesante personaje mediático.
Hombre de números y de vida solitaria, Milei habló con la revista Paparazzi sobre las prioridades en su vida y sorprendió con sus frías confesiones amorosas. "A nadie le gusta estar en el cuarto puesto. Primero viene Conan (su perro), después la economía, luego mi trabajo y, en cuarto lugar, la mujer. Tampoco me interesa tener hijos, tengo mis dudas de si podría llegar a ser un buen padre, lo que me tocó vivir a mí no fue bueno", dijo Javier, para luego revelar el período máximo que le duró una pareja.
"Me di cuenta de que cada vez que conocía a alguien que me atraía, tenía un conjunto de sensaciones que, en realidad, son reacciones químicas, que después disminuyen".
"¿Si soy mujeriego? La paso bien, no me quejo. En general, las novias me duran dos meses. Me di cuenta de que cada vez que conocía a alguien que me atraía, tenía un conjunto de sensaciones que, en realidad, son reacciones químicas, que después disminuyen. Cuando entendés esa lógica, disfrutás de los químicos sabiendo que es eso y no dejás de mirar costos y beneficios a rajatabla. Y nunca superé esa etapa. ¡A mi casa no entra nadie! Es la casa de Conan y mía", confesó Milei, analizando los vínculos personales de un modo muy llamativo.