Egresado la "escuela" de Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, hace 18 años que Ismael Serrano (41) deleita al mundo con sus canciones de amor, emoción y compromiso social.
"Le he dedicado una canción a mi hija Lila pero aparece en muchas. No hay nada más inspirador que el nacimiento de un hijo ni nada más movilizador. Renueva tu mirada, te hace relativizar las cosas, te das cuenta qué es importante y qué no. aprendes qué es la distancia, lo que es echar de menos a alguien. Inevitablemente Lila está en todo. Es la niña más hermosa del mundo, canta, baila, tiene vocación de artista pero será lo que ella quiera. Es argentina y le gusta el dulce de leche".
El cantautor español está en nuestro país y charló mano a mano con Ciudad.com en un Periscope en vivo en el que sus fans -¡de todas partes del mundo!- mandaron sus preguntas y saludos.
Tímido pero contundente en sus afirmaciones, con un lenguaje culto y preciso, Ismael se refirió a su nuevo disco La llamada, sus shows en Argentina, su compromiso político social y la paternidad.
-¿Cómo te sentís en una nueva visita a la Argentina?
-Desde el '97 estoy visitando Argentina en giras, gran parte de mis amigos son argentinos, parte de mi familia también (N. de la R.: está casado con la actriz argentina Jimena Ruiz Echazú con quien tiene una hija, Lila, de 1 año). Son muchos los vínculos de muchos años, muchos conciertos. Son muchos los amigos que tengo en Buenos Aires, me gusta mucho la sobremesa y cuando un amigo te invita a un asado, la charla. Esta vez vamos a estar en Buenos Aires el viernes 11 y sábado 12 (en el Gran Rex), y después viajaremos a Córdoba, Mar del Plata, Rosario, Santa Fe, Neuquén, Mendoza, va a ser una gira larga y después vamos a ir a Montevideo, Uruguay.
-¿Qué nos podés contar de La llamada, tu nuevo material?
-Es un disco que tiene una doble vocación; la de convocatoria, porque trata de generar espacios de encuentro para celebrar que estamos juntos, y la de la celebración, aún cuando retrate una realidad difícil. La llamada es "a huir de la resignación y el desánimo". A veces el cantautor se instala en una posición de solemnidad y de circunspección que lo aleja de la realidad. Creo que a veces nos hemos instalado en la derrota y el lamento, y lo que uno pretende es avanzar en otra dirección sin dejar de lado el espíritu crítico y darle paso a la esperanza. Es posible, si establecemos lazos de solidaridad. Creo que la música puede ayudar.
-¿Podrá convertirse en un clásico La llamada?
-Tiene vocación de himno, por eso tiene ese estribillo coral que invita a cantar. Tiene algo de himno de cancha. Como autor uno no sabe nada si va a funcionar o no, eso te sorprende. No sabés dónde van a terminar las canciones.
-¿Cómo te sentís siendo un artista comprometido con la realidad social del mundo?
-Yo le canto a lo que me emociona y no sólo me emocionan mis devenires sentimentales. Aunque también es saludable practicar el escapismo a través de la música. Hay veces que la música puede servir para llegar a la realidad. Y le canto a lo que me emociona, y me emociona también ver a un mundo desigual, más en un momento de efervescencia como vive España ahora, de crisis económica, pero sobre todo política. Es un momento de oportunidades también y no podemos permanecer ajenos. Mires adonde mires hay algo que te tiene que conmover. Yo lo veo como algo natural ser un cantautor comprometido y con esto no quiero decir que toda la música tenga que ser comprometida. Pero digo que no está mal hacerla si el corazón te lo pide, siempre he sido así. En el caso de lo de Siria, que es el tema más actual, se ve la decadencia de una Europa que se presentaba como potencia civil, del desarrollo económico y los derechos. Pretendía ser ejemplar y demuestra ser muy insensible ante un drama terrible como el de los refugiados. Ante eso, uno no puede permanecer impasible.
"En mi cuenta de Twitter dije hace unos días 'si te indigna esta foto, actúa en consecuencia, vota en consecuencia'. La realidad lo exige, aportar en lo que uno puede. Yo lo hago a través de la música. Tampoco pretendo ser un profesional de activismo, que muchas veces sucede. Aporto lo que puedo y luego le canto a lo que me emociona. No puedo permanecer impasible".
-¿Cómo es tu aporte a este tipo de causas?
-Pienso que tenemos que ser capaces de asumir el protagonismo que nos corresponde. Hablábamos de la crisis de los refugiados y la foto del niño, y pienso que deberíamos replantearnos esa fantasía de activismo que generan las redes sociales. ¿Hasta qué punto estamos haciendo algo para cambiar las cosas? Hay una fantasía de activismo en las redes sociales que no sé hasta qué punto es eficaz. Después de eso, somos incapaces de actuar en consecuencia. En mi cuenta de Twitter dije hace unos días "si te indigna esta foto, actúa en consecuencia, vota en consecuencia". La realidad exige aportar en lo que uno puede. Yo lo hago a través de la música. Tampoco pretendo ser un profesional de activismo, que muchas veces sucede. Aporto lo que puedo y luego le canto a lo que me emociona. No puedo permanecer impasible. En este disco hay una canción que se llama La casa y el lobo que habla precisamente de la gente que se enfrenta a los desahucios que ha sido ejemplar en España. Es gente que se ha enfrentado y no sólo lo hizo público sino que han actuado de forma clara y han evitado desahucios.
-¿Cómo ves a la Argentina en este momento?
-Argentina está en un momento crucial y difícil. Es año electoral y se juegan muchas cosas. Hay que ver hasta qué punto los cambios son estructurales. Se han generado cambios en el sistema de tal manera que pueden pasar por encima de los personalismos. El problema en Latinoamérica es que muchas veces los gobiernos son muy personalistas y están centrados en una figura que, si desaparece, pareciera que todo se desmorona. Siento que en vez de presentar un proyecto a largo plazo, los políticos están pendientes de las encuestas. Creo que la ciudadanía argentina merece un debate serio y un proyecto de país perdurable y ambicioso.
-Pero en tus letras no sólo se habla de guerras o problemas políticos, sino también de amor... y en este disco hay una canción muy especial para tu hija, Lila.
-Le he dedicado una canción pero aparece en muchas. No hay nada más inspirador que el nacimiento de un hijo, nada más movilizador. Renueva tu mirada, te hace relativizar las cosas, te das cuenta qué es importante y qué no. aprendes qué es la distancia, lo que es echar de menos a alguien. Inevitablemente Lila está en todo. Es la niña más hermosa del mundo, canta, baila, tiene vocación de artista, pero será lo que ella quiera. Es argentina... ¡y le gusta el dulce de leche!
-¿Hubo algún tema que te haya costado terminar de componer?
-El tema Mi problema, de este disco. No digo que me haya costado terminarlo pero es una letra de mi papá (Rodolfo Serrano) y por la responsabilidad que supone ponerle música a un tema que no es tuyo, creo que podría decir que quizás me costó un poco. No tengo el recuerdo de alguna canción ardua. Me gustaría hacer algo con mi padre en Argentina, ya que él acaba de escrirbir un libro que se llama Cuerpos lejanos, ojalá se ponga a la venta aquí.
-¿Cómo es tu relación con Joaquín Sabina, uno de tus referentes y colegas?
-Me llevo muy bien con Joaquín, siempre fue muy cariñoso conmigo, me ha tratado fenomenal. Lo que pasa es que yo soy un tipo tímido que le cuesta acercarse a la gente a la que admira profundamente. Es el caso de Joaquín, él siempre me reprocha que no nos vemos tanto como debiéramos. Sí es verdad que no está bien. Me pierdo oportunidades por esto de la timidez: Joaquín es un referente para mí y espero sus discos como agua de mayo.