Un día después de la entrevista que le dio a Intrusos, en la que denunció con angustia haber sido "víctima de un trabajo de magia negra", apareció un video de María Eugenia Ritó (41), el domingo a la mañana a la salida del boliche Ink de Palermo, donde se la ve desmejorada y enojada, subiendo y bajando de un auto, gritando "no me calmo un sorete" y “¡mañana me van a ver muerta!”.
El video, tomado con un celular por un curioso que caminaba por la calle Niceto Vega, fue mostrado por Infama, y registra el ataque de furia de la rubia tras descubrir que le faltaban sus tarjetas de crédito, mientras estaba en el auto del que sería su nuevo novio. Ese mismo hecho había sido relatado ante Jorge Rial: "Hace poco salía de un lugar y me robaron las tarjetas. En realidad, no sé si me las robaron o las perdí. De todas formas, hice la denuncia. Y dije 'voy a ir a lo de Rial, lo voy a llamar'. Estaba re caliente, grité '¡me quieren ver muerta!'”.
En diálogo con Rial, Eugenia también había confesado: “Voy a un chamán, un guía espiritual. Básicamente fui porque me lo recomendó otra persona que tenía problemas de adicciones, estaba muy mal, y pasó a no tener más ganas de consumir. Creer o reventar. Entonces yo iba por mis problemas de adicción”.
Frente a la repregunta de Rial respecto del motivo por el cual requería asistencia para controlar sus adicciones, ya que según ella no estaba consumiendo cocaína, Ritó afirmó: “Porque soy una persona adicta y puedo recaer. Las recaídas también pueden por consumir marihuana, alcohol, no sólo cocaína”. Justamente, el domingo por la madrugada María Eugenia Ritó se habría excedido en la ingesta de alcohol, según le reveló un íntimo amigo de la actriz a Cora Debarbieri, panelista de Infama.