“Ya pasó un año. ¡¡¡El año pasado en este día estaba a punto de explotar!!! ¡¡¡Dios mío!!! ¡¡¡Que felicidad siento!!! Es lo mejor que me paso en la vida, ¡lejos! Mañana voy a celebrar y dar gracias a Dios por haberme mandado la niña que tanto soñé. Te amo, Loli. Gracias por hacerme mejor persona, gracias por haberme hecho mamá”, escribió Adabel Guerrero en su cuenta de Instagram en la previa del primer cumpleaños de Lola, su hija junto a Martín Lamela.
Y, el sábado, llegó el momento del asombroso festejo que duró desde el mediodía hasta la noche, en una quinta de Ingeniero Maschwitz. La ambientación elegida para la gran celebración fue de unicornios y arcoíris. Entre los muchos invitados había una presencia especial: Eduardo, el padre de Adabel, con quien tras varios años de distancia se reencontraron. También dijeron presente los hijos de Lamela, que viajaron especialmente desde Mendoza donde viven para el cumpleaños de su hermanita, organizado por Carla Lioi Press.
La primera parte del festejo transcurrió al aire libre, entre livings, barra de jugos, pastas, pernil y hasta una cabina de fotos y un carrito de helados. Más tarde hubo tiempo para un show musical, un mago, un Dj y robots con luces led y láseres, que invitaron a los invitados a inaugurar la pista de baile.
Para el cierre, hubo dos barras de tragos y cerveza tirada, junto con distintas variedades de pizzas y tacos mexicanos. Finalmente, Lola sopló las velitas a las 20:15, horario en el que nació y que sus padres quisieron respetar. Para acompañar la torta no faltó una cascada de chocolate de ocho pisos y un carrito de copos de nieve y pochoclos. Como souvenir, cada invitado se llevó de obsequio pequeños frascos de perfumes personalizados con el nombre de la homenajeada.
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