Simpático, sonriente, también movedizo y juguetón. Así es Gauthier, el ahijado de Pampita. Junto a sus dos papás, Gabriel Alfaro (45) y Diego Schiro (35), nos recibe en su ¡¡¡preciosísimo!!! cuarto, decorado en colores neutros, con bellos muebles para niños, una hermosa cuna y figuras de animales que a él tanto le gustan.
En la entrevista para #ExpertxsEnPañales se habla de crianza, juegos, viajes e historias. Gauthier, mientras tanto, revolotea por el lugar, a veces jugando con una pelota, otras en brazos de sus papás, también cantando y bailando.
"Dijimos 'a los 6 meses se va a su habitación' y nunca lo hicimos. La licencia la tuvo Gaby y yo trabajaba, entonces Gauthier durmió siempre al lado de Gaby. Ahora, al menos, logramos que hasta las 4 de la mañana duerma solito en su cama", revela Diego.
El bebé nació el 2 de junio de 2018 gracias a la ovodonación de una mujer checa, y Nadia, sobrina Gabriel, fue quien lo llevó en su vientre.
"Carolina fue una de las primeras que se dio cuenta de que algo pasaba entre nosotros y siempre apostó por este amor. Y cuando elegimos a los padrinos de Gauthier, dijimos 'ella se merece ser la madrina de nuestro hijo'. Es re presente, lo adora y lo malcría".
-¿Cómo fue el tema de la licencia cuando nació el bebé?
Gabriel: -Yo trabajo en el Senado de la Nación y presenté mi situación: estaba por ser papá y mi pareja también es varón. Además, no teníamos más familia para que se quede con el nene. Necesitaba la licencia. Inmediatamente la primera jefa de Recursos Humanos dijo que me correspondía y que ella iba hacer todo lo posible para que se haga. Pasaron el tema a Legales y ahí fue muy emotivo. La persona que estaba dirigiendo esa área en ese momento era un hombre de 60 años, con una estructura mental totalmente distinta a la que nosotros estamos acostumbrados. Él me llamó y me dijo que lo había emocionado mi situación, que había leído la historia en los legajos y que era un honor para él firmar ese decreto, en el que se me estipulaban los días equivalentes a la licencia por maternidad. Lo agradecemos mucho porque pude disfrutar de mi hijo hasta los cinco meses y él pudo estar resguardado con uno de sus papás hasta ese momento. Me dieron los tres meses y yo tenía unos días de vacaciones acumuladas, así que aproveché a tomármelas también.
-Volvamos un poco atrás, ¿cómo empezó esta historia de amor?
Gabriel: -Hace 16 años que estamos juntos y siempre decimos que Gauthier es el fruto de un amor. Gauthier fue planificado, pensado y sentido. Gauthier vino a sellar ese círculo de familia, aunque nosotros nos sentíamos familia igual siendo dos, pero sentimos que vino a ponerle el moño a este amor. Éramos amigos, muy amigos. Ambos venimos de la heterosexualidad y, en un momento de nuestras vidas, nos dimos cuenta de que no nos podíamos separar.
Diego: -Cuando nos conocimos, estábamos los dos solteros, pero habíamos tenido ambos parejas heterosexuales.
Gabriel: -Yo había tenido parejas de muchos años y nunca había mirado a un varón con otros ojos. Y cuando nos hicimos muy amigos, todo era de a dos.
Diego: -Pero nos conocimos y a los dos meses ya nos fuimos de viaje juntos. Era raro para todos, para nuestras familias, amigos, incluso para nosotros. Era raro, pero lindo.
Gabriel: -Nos fuimos a Pinamar esa vez. Y este verano volvimos por primera vez y con Gauthier, mirá vos.
"Mi hermana nos había ofrecido llevar en su panza a nuestro hijo, pero ya tenía 50 años y podía ser un embarazo de riesgo. Le contó a sus tres hijas y Nadia, la más chica, dijo 'soy yo, ya soy mamá y soy la indicada'. Se hizo todos los estudios y se vino acá a vivir con nosotros los nueve meses", contó Gabriel.
-¿Pasó algo en ese viaje?
Gabriel: -No, no. Cada uno estaba en la suya, fuimos como amigos verdaderamente. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que todo lo hacíamos juntos: nos compramos un auto, electrodomésticos, todo como amigos. Estábamos todo el tiempo juntos, éramos como una pareja, pero sin el título.
Diego: -Es como que nos sentíamos bien siendo amigos.
Gabriel: -Todos nuestros amigos y familia se habían dado cuenta antes que nosotros.
Diego: -Y nunca tuvimos que decir nada cuando ya nos pusimos en pareja. Jamás nos dijeron nada, es más, siempre incentivaron al amor.
-¿Y cómo fue ese día que se miraron distinto?
Gabriel: -Diego estaba un poco alegre después de un cumpleaños mío y en una situación de charla me dio un pico. Por un lado me gustó, pero por otro pensé "esto no debería pasar". Me robó un beso, pero él era mi amigo y no quería que se rompa la amistad. Pero el corazón estaba ahí.
Diego: -Y el título de "somos pareja" fue después de una discusión. Gabriel me preguntaba por qué yo no lo blanqueaba. Éramos pareja, pero no lo decíamos y a partir de esa charla empezamos a decir "somos pareja".
-¿Ya hablaban de la idea de tener hijos?
Gabriel: Yo soñé toda la vida con ser papá porque vengo de una familia en la que los hijos son muy importantes. Nosotros somos cuatro hermanos, mis papás siempre nos amaron, nosotros éramos como la familia ideal del barrio. Yo siempre supe que iba a ser papá. Hace algunos años le pregunté a Diego si él pensaba en tener hijos porque eso iba a ser determinante.
Diego: -Y como él tiene que tener todo planificado, no puede haber nada azaroso...
Gabriel: -Claro. Bueno se lo pregunté y me dijo que en ese momento no, pero que en el futuro sí estaba en sus planes tener una familia conmigo.
Diego: -Los dos éramos chicos en ese momento...
"Trabajo en el Senado de la Nación y presenté mi situación: estaba por ser papá y mi pareja también es varón. La persona a cargo era un hombre de 60 años y me dijo que lo había emocionado mi situación y que era un honor firmar ese decreto. Me dieron los días equivalentes a la licencia por maternidad y pude disfrutar de mi hijo hasta los cinco meses", detalló Gaby.
-¿Y cuándo fue que realmente lo empezaron a planificar?
Gabriel: -Un tiempo después. Ahí empezó el cómo. Yo siempre tuve en la cabeza este método, aunque sabía que iba a ser muy caro para nosotros. Diego tenía la idea de adoptar y empezamos ese arduo camino, pero yo no estaba preparado para esperar tanto, además de que dos veces estuvimos muy cerca de lograrlo y no se dio. Mi hermana nos había ofrecido llevar en su panza a nuestro hijo, pero ya tenía 50 años y, cuando se estaba haciendo un examen de fuerza simulando una panza de seis meses de embarazo, le subió mucho la presión y nos dijeron que no era recomendable. Que podía ser un embarazo de alto riesgo y que, fundamentalmente, ella podía estar en riesgo.
Diego: -Ella nos decía que no le importaba dar su vida.
Gabriel: -Nosotros le dijimos que no y ella le contó a sus tres hijas que no lo iba a poder hacer. La mayor de mis sobrinas, Tamara, dijo que lo quería hacer, pero en ese momento estaba embarazada. Así que la que le sigue, que es Florencia, mi ahijada, dijo "es mi padrino, lo voy a hacer yo", pero ella no había sido mamá y la ley impide que no habiendo sido madre lleve un hijo para vientre subrogado. Así que Nadia, la más chica, dijo "soy yo, ya soy mamá y soy la indicada". Y así fue. Se hizo todos los estudios, le dieron perfecto y se vino acá a vivir con nosotros los nueve meses.
Diego: -Sí, a esta misma habitación que es la de Gauthier ahora.
-¿Había algo que los preocupaba de toda la situación?
Gabriel: -El único miedo que tuvimos nosotros en todo esto era qué pasaba con la hija de mi sobrina, si esta situación podía marcarla en algo y nos dijeron que no, que la iban a acompañar. Y así fue. Cuando vinieron a vivir acá con nosotros y a la mamá ya le empezó a salir la panza, Aitana dijo: "El tío Gaby y el tío Diego van a tener un bebé, ¿dónde está el bebé?". Ahí Nadia le explicó que nosotros, al ser dos varones, no podíamos llevarlo en nuestras panzas, pero que lo teníamos en el corazón y Aitana, a sus tres años y medio, le respondió: "Mi primo está ahí adentro". Lo resolvió mucho más rápido y nuestros miedos se esfumaron.
-¿Cómo decidieron que Pampita sea la madrina de su hijo?
Gabriel: -Siempre contamos que Carolina fue una de las primeras que se dio cuenta de que algo pasaba entre nosotros y dijo "no des más explicaciones, eso es amor; vivilo". Ella ya lo había visto. Y ella también siempre nos ayudó cuando teníamos alguna diferencia y siempre apostó por este amor. Estaba totalmente segura. Y cuando elegimos a los padrinos de Gauthier, dijimos "Carolina fue la que tanto apostó por esto, se merece ser la madrina de nuestro hijo". Y Juan Esteban, que es mi amigo del alma de la facultad, es el padrino, y aunque es totalmente distinto a mí, siento que tiene los mismos valores que nosotros: tiene una familia hermosa y yo pensaba que si a mí me pasa algo me gustaría que sea él quien se ocupe de mi hijo. Diego pensó lo mismo. Son padrinos presentes, que lo adoran, que lo malcrían.
"Gauthier llegó para sumar. Es un nene muy cariñoso y la felicidad se la veo en la cara. Realmente disfruta de la vida. Uno hace el esfuerzo de ser padre, no hay manuales, no tenemos nadie que nos ayude en el día a día y no hay niñera, por nuestra decisión", explicó Diego.
-¿Cómo cambió la vida de la pareja con la llegada de Gauthier?
Diego: -Gauthier llegó para sumar. Estamos muy bien como pareja y así queda demostrado día a día. Es un nene muy cariñoso y la felicidad se la veo en la cara. A veces trato de abstraerme como padre y realmente lo veo feliz. Él realmente disfruta de la vida. Uno hace el esfuerzo de ser padre, no hay manuales, no tenemos nadie que nos ayude en el día a día, no hay niñera, por nuestra decisión.
Gabriel: -Además, nos vamos repartiendo y Gauthier mismo también fue eligiendo. Por ejemplo, con papá Diego come porque él es un excelente cocinero, y con papá Gaby duerme. No quiere decir que con Diego no duerma, pero si estamos los dos prefiere dormirse conmigo.
-¿Y con vos, Diego?
Diego: -Conmigo juega más, revoleamos cosas, jugamos a la pelota y quizás con Gaby se sienta, agarra libritos. Estamos felices de criarlo, a nuestra manera, como podemos, no nos enseñaron a criarlo. Todos nos querían dar consejos, más aún siendo dos papás varones. Estábamos los dos en la sala de parto. Nos lo entregan y en un momento se lo quiero devolver a la enfermera y me dice "no, papi, es tuyo. Toda la vida". La acompañamos y nos explicó un par de cosas para bañarlo, etc. A partir de ese momento no nos despegamos más de él y tuvimos que aprender todo: cambiar pañales, darle la mamadera, después la papilla, todo. El instinto de supervivencia del ser humano es tremendo. Y tenemos un gran apoyo en Cecilia Bastón que es nuestra pediatra que siempre nos ayuda.
Gabriel: -Es la única persona que aceptamos que nos dé consejos, ja, ja.
Cámara y edición de video: Leandro Bevilacqua