Historia de un clan está llegando a su final y en el anteúltimo capítulo se mostró cómo fue capturado Arquímedes Puccio junto a su banda, mientras intentaban cobrar el rescate, del que sería, su último secuestro. Un episodio que condensó en menos de 45 minutos excelentes actuaciones, una puesta de cámara impecable a cargo de Luis Ortega y toda la tensión de un momento clave.
En la escena más ansiada por los seguidores del unitario, Arquímedes (Alejandro Awada) es apresado en el instante en el que está por llamar a los hijos de la empresaria Angélica Bolena (el nombre que se le puso en la ficción al personaje que interpreta Verónica Llinás, inspirado en Nélida Bollini de Prado, la última víctima del clan) para presionarlos para que entreguen el dinero. En ese instante ingresa la policía y termina deteniendo a todos los secuaces de Puccio, incluido su hijo Maguila (Nazareno Casero).
Mientras tanto en la casa de San Isidro, donde "el clan" tuvo secuestradas a todas sus víctimas, la situación se repite para romper la aparente cotidianeidad de la familia: Epifanía (Cecilia Roth), la esposa del líder, está cocinando; Alejandro (Chino Darín) mira una película con su novia y las hijas de Puccio matan el tiempo jugando a los videojuegos y cantando, justo cuando todo un batallón de agentes policiales irrumpe en la casona para liberar a la mujer que está presa en su sótano.
Una escena poderosa de Historia de un clan que, con pocas palabras, logró transmitir la perversidad de una familia que quedó en la historia negra de Argentina.