Gabriel Batistuta y su esposa, Irina Fernández, ambos oriundos de la ciudad de Reconquista, se conocieron en la fiesta de 15 años de ella y fue allí donde empezó su historia de amor.
El exfutoblista, un año mayor que ella, se coló a la celebración de Irina y, mientras practicaba fútbol como hobby, sin saber lo que el futuro le tenía preparado, construía una relación que hasta el día de hoy perdura.
El delantero que no paraba de hacer goles en Boca y su enamorada se casaron en 1990 y luego se mudaron a Italia ya que la carrera fútbolística de ‘el Bati’ pasaba a un plano internacional cuando fue contratado por la Fiorentina.
Luego llegaron Thiago, Lucas, Joaquín y Shamel, sus 4 hijos, y no faltaron las crisis en medio de los goles, los títulos, la fama y la fortuna. Es que al deportista se le adjudicaron romances con otras mujeres pero no pasaron de ser rumores.
La figura de Batistuta era de las más cotizadas de la época con uno de los cachet más altos en el mundo del fútbol. Cuando la prensa argentina prestó atención a su mujer, llegaron a definirla en su momento como la más linda del país.
LA VIDA DE GABRIEL BATISTITUTA E IRINA FERNÁNDEZ HOY
Gabriel Batistuta e Irina Fernández se mudaron a Argentina una vez que el exfutbolista se retiró y actualmente viven en Reconquista, Santa Fe, en una mansión ubicada en Malabrigo, donde llevan una vida campestre.
Tienen un nieto, 129 mil hectáreas y en el 2019 pasó por el Bailando por un Sueño de Italia, donde se mostró más que enamorado de su esposa, con quien bailó La Vida es un Carnaval, de Celia Cruz.