El jueves pasado, los padres y familiares de los diez rugbiers imputados por crimen de Fernando Báez Sosa (19), joven al que mataron tras darle una brutal golpiza, fueron a visitarlos a la cárcel de Dolores en donde permanecerán aislados de los otros reclusos hasta que se les dicte prisión preventiva.
Al abandonar el penal, Marcial Thomsen, el padre de Máximo, uno de los imputados más comprometidos, habló con la prensa presente y emitió polémicas declaraciones.
"Estaban alcoholizados. No los justifico para nada. Para él (Máximo) fue una pelea, pero no se acuerda de cosas. No sabía que Fernando estaba muerto".
"No quiero abrir los ojos... En 15 segundos es todo distinto", dijo el hombre, ante el micrófono de Telenoche. Luego, agregó: “Los chicos están arrepentidos. Esto no tiene nombre… Lo que siento es una montaña rusa, de bronca...”.
Acerca de la noche del crimen de Fernando, a la salida de un boliche en Villa Gesell, señaló: "Estaban alcoholizados. No los justifico para nada. Para él (Máximo) fue una pelea, pero no se acuerda de cosas. No sabía que Fernando estaba muerto... Él lo lamenta muchísimo y se pone a llorar”. En otra parte de las declaraciones, afirmó: "Fue una tragedia, no son asesinos".
Ante la ola de preguntas, un periodista le consultó: "¿Tiene miedo de que su hijo termine su vida en la cárcel?". Y el padre de Máximo Thomsen, asintió: "Sí, no verlo más en libertad (me da miedo)".