Tres años atrás, Gustavo Cordera (58) lanzó una lamentable frase durante una charla con estudiantes de periodismo en TEA que cambiaría el rumbo de su vida y su carrera: "Hay mujeres que necesitan, porque son histéricas, ser violadas, porque psicológicamente lo necesitan y porque tienen culpa y no quieren tener sexo libremente. Quieren jugar a eso. A mí no me gusta jugar a eso, pero hay gente a los que sí. Somos muy complejos los seres humanos".
Su repudiable dicho de inmediato trascendió y le valió una denuncia del INADI ante la Justicia. De la noche a la mañana, de ser un solista que llenaba estadios y teatros, pasó a ser un hombre cuestionado y abucheado donde quiera que fuese.
Este tiempo transcurrido significó para el exlíder de Bersuit Vergarabat un proceso de aprendizaje y dolor del que dio cuenta en una larga conversación al aire que mantuvo con Matías Martin en Basta, por FM Metro, que arrancó asegurando que se siente "aliviado" después del episodio que definió como "en un principio lamentable". Ya que hoy, "en perspectiva", cree que lo sucedido fue "perfecto".

Cordera contó que el juicio en su contra fue suspendido y que en breve comenzará a cumplir con la probation que le exige, entre otras cosas, asistir a un taller de género y brindar shows solidarios.
En referencia a lo que dijo, el músico se atajó: "No hice nada, solo hice una descripción desafortunada, no es punible. La Justicia tenía que hacer algo políticamente correcto a todo lo que se generó. E insistió: "Yo hice una descripción en la que creo, pero que no voy a repetir para no lastimar a nadie".
"No hice nada, solo hice una descripción desafortunada, no es punible. La justicia tenía que hacer algo políticamente correcto a todo lo que se generó".
Todo este proceso aseguró que lo llevó "aprender a abrazarse" y a no ser "tan condenatorio" consigo mismo. "Para mí era muy importante la imagen, el pensamiento del otro, la mirada del otro. Y la mirada pasó a ser condenatoria", dijo el músico. Y agregó: "Era tan horrible para mí el afuera, que el único lugar que me quedó para estar fue adentro mío".
Para refugiarse de ese afuera, Cordera contó que se fue solo a La Paloma, en Uruguay, ya que incluso en su familia solo se hablaba del tema. "Fue reverencial, comencé a quererme, me hice hombre", confesó.
"Era tan horrible para mí el afuera, que el único lugar que me quedó para estar fue adentro mío".
El músico, que en noviembre volverá a tocar en un teatro importante en su primera fecha convocante desde 2016, se refirió al golpe que sufrió su carrera: "No solo me bajaron shows, sino también estaba el miedo al escrache. Ahora eso terminó". Y aludió a que "incluso la gente se dio cuenta de que fue exagerado". "Fui una persona totalmente examinada. Durante tres años no tuve ninguna denuncia", destacó.
Respecto de este camino del que está convencido que lo ayudó a aprender a poner en práctica su "resiliencia" y sus "ganas de vivir", Cordera fue terminante: "Me podría haber muerto, varias veces, eh. No solamente yo, sino también gente muy allegada a mí, que vivió crisis de depresión muy peligrosa".