Siendo un niño, Guido Kaczka (41) descubrió su amor por la televisión y la actuación. Sin embargo, su recorrido profesional lo llevó a dejar en el camino al actor para desarrollar su gran pasión: la conducción, profesión que hoy lo define y que fue cultivando desde su rol como productor.
Con 35 años de carrera, este lunes Guido sale al ruedo en eltrece, a las 21.15, con Bienvenidos a Bordo, desafío laboral del que habló con Ciudad. "En este programa hay un avión en el centro del estudio. El juego consiste en descubrir un sistema de pistas para ver qué hay dentro de la caja negra del avión. Esta sería la caja blanca porque te da premios. También están las puertas del aeropuerto, por la que pasan distintos participantes, y afuera hay un depósito de combustible, en donde hay un asiento en el que se sienta el participante y si contesta mal cae al combustible”, contó Kaczka, al detalle, para luego hablar de su profesión, las redes sociales, la realización personal, el éxito y su familia, compuesta por su mujer, Soledad Rodríguez, y sus tres hijos, Romeo (11), Benjamín (5) y Helena (2). Su hijo mayor es fruto de su primer matrimonio con la actriz Florencia Bertotti (36).
"Yo me siento muy bien al aire, tanto en la tele como en la radio. Cuando encontrás en tu vida que algo te interesa, lo vivís con pasión. Esto se lo digo a mis hijos, porque si encontrás algo que te gusta y te hace bien, es un regalo".
-Sos uno de los conductores que más horas de aire tiene en la TV, además de la radio, ¿de dónde nació esta fuerte cultura por el trabajo?
-Hay una idea sobre el trabajo de 'uy, cómo está trabajando', que es cierta, pero cuando hacés lo que te gusta, la pasás bien. Yo me siento muy bien al aire, tanto en la tele como en la radio. Obvio que tiene su sacrificio, no quiere decir que las cosas sean fáciles, pero me gusta. Cuando encontrás en tu vida que algo te interesa, lo vivís con pasión, con disfrute. Esto se lo digo a mis hijos, porque si encontrás algo que te gusta y te hace bien, es un regalo. Y yo le deseo esto a mis hijos.
-Viviendo el trabajo como algo placentero, ¿te imaginás tomándote un año sabático?
-No, no me imagino. Algunos tienen la idea de que un año sabático es lo mejor que te puede pasar, y está bien, pero yo no me identifico para nada con eso. Yo disfruto lo que hago. Todo el año, sin hacer lo que te gusta, es mucho. Por decisión, no creo que lo vaya a probar. Pero si ocurre...
-¿Te asusta esto de decir 'me voy un tiempo' y que tu lugar sea ocupado por otras generaciones?
-No me preocupa de ese modo porque yo también soy productor. Para mí es al revés, prefiero que haya más opciones. Yo no me ocupo solo de mis programas y trabajo para que haya más en la industria televisiva. Esto tiene que ver con mi carácter. Yo soy de hacer. ¿Imaginate un productor que no quiera que haya más programas o nuevos conductores? En ese sentido, soy más productor que conductor. Cuando hay más, es mejor. Uno le tiene miedo a la competencia, pero que haya competencia hace todo más competente. Uno se preocupa más por lo que hace, levanta la puntería y encuentra que puede hacer cosas mejores que las que había hecho. Porque aunque sea incómodo, aunque traiga miedos, incertidumbres, saber si te va a ir bien o no, siempre conviene que haya más opciones.
"¿Cuánto de Guido persona hay en el conductor que ven por la tele? Todo. Quizás por eso me alejé de la actuación. A mí me gusta que coincida el Guido que sale al aire con quien soy yo".
-¿Qué encontraste en la conducción y en la producción como para dejar a un lado al actor?
-Me gusta esto que hago. Siempre fui conductor y también fui actor. De chiquito, cuando laburaba con (Juan Carlos) Mareco, y tenía 6 años, me encantaba la idea de tener el micrófono y contar el cuento. Después la televisión me llevó más por el lado de la actuación, y me gustó hacerlo, pero cuando empecé a producir más de lleno y armé mi programa El último pasajero, con Martín Kweller, y la cosa funcionó, seguí como conductor. Hoy yo me siento esencialmente conductor.
-Con las diferentes plataformas y modos de consumir un programa, ¿cuán atento estás al rating?
-Le das bola al rating, pero también estás atento a las views y a lo que se ve por YouTube. Lejos de pensar que (el tema de que haya más plataformas) sea un problema, yo creo que es una solución para la industria porque hace que pensemos contenidos de diferentes formas, apuntado a los dispositivos. Y mientras haya más plataformas habrá más contendido.
-Gracias a todo eso vos te acercaste más a las redes sociales, abriste un Instagram.
-Tengo Instagram, pero no lo desarrollo mucho como conductor. Sí lo hace más la productora, y todo es bienvenido. Pero en lo propio, necesito que las cosas tengan sentido. Es raro que yo agarre algo porque está de moda. En eso soy conservador en las ideas.
-De hecho, no exponés a tu familia, ni tu intimidad.
-No, no hago eso, pero porque le tengo que encontrar un sentido propio. No quiere decir que no me interese Instagram, pero no le encuentro el sentido. A veces no entiendo y digo '¿y para que subir eso?'. Yo me siento raro, pero esta es una matemática muy propia, cada uno tiene su estilo o su forma. Seguir una moda para producir o armar contendidos es más un lastre que un beneficio.
"No sé si mis hijos seguirán mis pasos, pero puede llegar a pasar. A Romeo lo veo más guionista. Benja es más de lo físico. Y Helena, de dos años, me hace reír muchísimo y es muy histriónica".
-El éxito tiene un concepto muy amplio, ¿para vos qué es?
-Yo creo que cuando coincide lo que hacés con lo que querés que se transmita y eso tiene una cierta repercusión, que te permite seguir desarrollando ideas, ahí está un poquito el éxito. Pero es difícil porque la cuestión del éxito es algo que se siente, que no se mide. Alguien puede pensar que cuando un programa tiene mucho rating, el éxito está ahí. Y hay veces que hay rating y no hay éxito. A veces los programas tienen caídas grandes. Muchas veces miramos cosas que no nos gustan. No es tan sencillo. Yo no le doy bola literal al rating. Es un dato, pero viene acompañado de otras cosas.
-¿Te preocupa el futuro? ¿Sos de pensarte profesionalmente de acá a unos diez años?
-Lo pienso más o menos. Por ahí en la etapa de los 40 decís '¿qué se viene?'. Pero no me detengo tanto en eso. Yo en mi profesión hice cosas que no me hubiera imaginado, hice mucho más de lo que hubiera imaginado y de un modo distinto. Y seguí trabajando, me fui encontrando con estas sorpresas. La verdad, prefiero seguir con el método de seguir trabajando para ver qué es lo que viene. En lo que es mi recorrido, lo fui encontrando así. No es que decía 'voy a hacer tal cosa'. Sí pensaba las cosas, pero las fui encontrando, como ser conductor y tener un estilo… Cuando estás haciendo balances, no estás haciendo nada. Entonces trato de no pensar tanto en esos términos porque en algún punto siempre estás empezando de nuevo. Ahora arrancaos y, obvio que yo sé cómo es mi trabajo, cómo es mi estilo, pero todo empieza de nuevo, más cuando apuntás a lo auténtico, al programa en vivo. Ahí siempre tenés la incertidumbre de cómo funcionará. Y lo mejor que tenés es esa incertidumbre, porque es lo que después le da el carácter al programa.
-¿Cuánto de Guido persona hay en el conductor que vemos por la tele?
-Todo. Quizás por eso me alejé de la actuación. A mí me gusta que coincida el Guido que sale al aire con quien soy yo. Eso no quiere decir que yo sea igual en la vida con cámara que en la vida sin cámara. Pero porque tampoco soy igual cuando estoy solo que cuando estoy reunido con amigos. Y de eso se trata la cuestión, de enmarcarse, y tratar de encontrar lo mejor para lo que estás haciendo. Pero el conductor es Guido, y soy yo.
-Siempre estás haciendo programas familiares, ¿tu mujer y tus hijos te miran?
-Sí, mi familia ve los programas. Alguna vez me pasó de verlos ver el programa, cuando lo dejé grabado, y pienso ‘¿de este modo lo debe ver la gente?’. Y me emociona, porque cuando vos lo hacés no pensás en el que lo está mirando, lo hacés con el que lo está mirando.
"FUERA DE LO LABORAL, ME GUSTA REUNIRME CON AMIGOS, ESTAR EN ALGUNA CASA O IR A COMER AFUERA. SOY BASTANTE CASERO, FAMILIERO, Y DISFRUTO MUCHO DE ESTAR EN CASA".
-Vos ingresaste a la TV siendo un niño, ¿imaginás a alguno de tus hijos, Romeo, Benjamín o Helena, siguiendo tus pasos?
-Sí, a veces puedo imaginar qué van a ser los chicos. Mi hija, de dos años, me hace reír muchísimo y es muy histriónica. A Romeo lo veo más guionista. Y Benja es más de lo físico. No sé si seguirán mis pasos, pero puede llegar a pasar.
-El trabajo es una de tus pasiones, por fuera de lo laboral ¿qué cosas disfrutás?
-Me gusta la reunión con amigos, estar en alguna casa, en algún parque o ir a comer afuera. También tengo mis momentos de salir a correr. Pero yo soy bastante casero, familiero y disfruto mucho de estar en casa. Debe ser porque hago un trabajo de fiesta diaria que prefiero estar más tranquilo. No soy de armar muchos planes o eventos. Tengo más tendencia a estar en mi casa que a salir.
-Por último, dijiste que el plano laboral superó tus expectativas, ¿en lo personal, en lo íntimo, te sentís un hombre realizado?
-Sí, también. Pero uno va andando y la realización que vas pensando va cambiando porque enseguida aparece un problema. Te das cuenta que mientras te vas realizando, la vida es ir resolviendo problemas. Pero tengo mi familia, tengo todo un vínculo familiar con mi mujer y con nuestros hijos. Ando realizado, pero no estoy en época de balances, estoy en época de seguir haciendo.