Marcada a fuego por su rol de panelista estrella en Intrusos, pero hace cuatro años que Marcela Tauro es columnista de espectáculos en las mañanas de La 100. La periodista arribó a la FM de la mano de Santiago del Moro para El club del Moro, y luego extendió su participación a No está todo dicho, el programa de Guido Kaczka.
Entonces, en una divertida entrevista desde la radio con Los Ángeles de la Mañana, Guido se animó a contar cuál es el defecto de su compañera. “Marcela lo que tiene es que en algún momento se puede nublar”, afirmó Kaczka risueño.
Ahí, Ángel de Brito quiso saber qué pasaba cuando Tauro se nublaba, y Guido explicó: “Cuando se nubla renuncia. Claro, un viernes me deja un mensaje diciendo que el lunes no va a volver porque es evidente que las cosas no van. Pero yo le digo que no, me arrastro, la llamo por teléfono y le digo que no renuncie, que lo solucionemos. Después entra en razón”.
De Brito: "Yo necesito una panelista como la Tauro. Porque a ellas las quiero hacer renunciar hace años y no se van, no hay forma. Les traje a todos sus enemigos, les dije de todo y no se van”.
Pícaro, Ángel comentó en un guiño a Marcela y un palito para las periodistas que lo rodean: “Yo necesito una panelista como la Tauro. Porque a ellas las quiero hacer renunciar hace años y no se van, no hay forma. Les traje a todos sus enemigos, les dije de todo y no se van”. Lo curioso fue que todo esto sucedió sin Tauro presente, ya que ella está en la 99.9 de 7 a 12, para poder llegar a tiempo a Intrusos.
Todas estas humoradas además se dieron en el contexto de las dudas sobre la continuidad de Marcela Tauro en el programa de Jorge Rial, luego de haber mantenido una explosiva discusión en vivo por el tratamiento del caso de Rubén Mühlberger.
De hecho, la pelea habría incluido justamente una renuncia verbal de Marcela a Jorge, y en esa clave se leyó una sugestiva reflexión de Rial: “La gente se va de los lugares por voluntad propia. Tampoco podés evitar que se vaya toda la gente que se quiere ir. ¿O no? Hay gente que dice ‘me quiero ir’ y hay que dejarla ir. Tienen que volar”.