Además de las profundas frases que comparte con sus seguidores en las redes, Morena Rial decidió no pasar por alto las agresiones y burlas que recibe en su muro y se despachó con una fuerte reflexión.
“Puedo evitar las redes, silenciar los comentarios. ¿Pero como apago todo eso que ya leí? ¿Cómo se apagan las burlas de esos que detrás de una red social con total impunidad consiguieron que más de una vez concluya mi día sin poder mirarme al espejo? Es un trabajo de un paso a la vez, el de conseguir abrazarse a uno mismo. Pero es dar uno adelante y dos atrás cuando al costado del camino existen personas opinando de mí, de aquella que no conocen. Que si la ropa es muy ajustada, que si subí de peso, ¡o si bajé, es porque pude pagarme costosos tratamientos”, comenzó diciendo la hija de Jorge Rial en Instagram.
"¿Cómo se apagan las burlas de esos que detrás de una red social con total impunidad consiguieron que más de una vez concluya mi día sin poder mirarme al espejo?"-
“En su lista de preocupaciones no está el daño que hacen comentando, en sus cosas por opinar no se toman el minuto de pensar cuánto es el costo por estar a gusto con uno mismo. Aprendo a diario el aceptarme, trabajo en el amor por mí, en poder pisar firme luego de esas piedras al autoestima que (hace años) me toca bancar. Me pido perdón, aunque los demás deberían hacerlo (y no lo espero), me pido perdón por haber creído que soy eso que dicen, me pido perdón por haberme puesto a llorar en cada cuestionamiento que alguien que no me conoce puso en observación, me pido perdón por no haberme defendido, por no haberme protegido”, agregó.
"Deseo que llegue el momento donde todos estemos lo bastantemente ocupados trabajando en nosotros mismos como para tener de tiempo de opinar sobre los demás. Sean felices, libres, vivan y dejen vivir".
Y cerró, a corazón abierto: “Aún duele, a veces esa burla hace eco y resuena el resto del día. Pero hoy tengo ganas, hoy tengo fuerzas para cada mañana despertar y proponerme ser una mejor versión de mí. Entender que vivir y dejar vivir es cosa de grandeza, es virtud y lo contrario es miseria. Deseo que llegue el momento donde todos estemos lo bastantemente ocupados trabajando en nosotros mismos como para tener de tiempo de opinar sobre los demás. Sean felices, libres, vivan y dejen vivir”.