Juntos, eran la pareja más glamorosa de las fiestas y eventos en los años setenta: ella era una hermosa actriz en ascenso; él, el campeón de boxeo que ganaba en todos los rings.
Carlos Monzón y Susana Giménez eran dinamita pura... a punto de estallar. Y lo que en ese entonces era (mal)entendido como una relación "apasionada", ahora sería claramente violenta, tóxica y peligrosa. "Nosotros nos amábamos brutalmente, y así también nos peleábamos", recordó la diva, en diálogo con la revista Gente.
"Era celosísimo. Odiaba que me mirasen. Muchas veces tuve que desviar la mirada si alguien conocido se acercaba, porque si me saludaban se desataba el conflicto", contó Susana, que recordó que los humores del boxeador se caldearon cuando se alejó de los rings. "El tema es que, al retirarse, Carlos estaba al pedo todo el día. Y no tener nada que hacer lo mataba", reveló.
"Yo lo incitaba a que encontrara otra pasión como había sido el box. Pero no pudo ser. Estando al cuete se metía en los bares, jugaba a las cartas con amigos y chupaba", expandió Susana, que no podía ni quería seguirle el tren.
"Era celosísimo. Odiaba que me mirasen. Muchas veces tuve que desviar la mirada si alguien conocido se acercaba, porque si me saludaban se desataba el conflicto".
"Yo tenía que seguir con mi trabajo, con mis cosas, y entonces él empezó a no ser tan adorable como lo había sido siempre", cerró la diva sobre la relación con el femicida, de la que no conserva los mejores recuerdos..
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