Luego de pasar el primer tramo de la cuarentena por el coronavirus en su casa familiar, Flor Vigna se reinstaló en su departamento y aprovechó el aislamiento para hacer cosas para ella misma, como meditar y conocerse más.
Sin embargo, una seguidilla de percances hogareños terminó con sus deseos de paz y armonía. En una semana, la actriz contó que se le tapó el baño, se le rompió la heladera y se le vencieron algunos productos lácteos.
Ante la dificultad, Flor decidió ponerle humor a los problemas y los compartió a través de divertidos videos en Instagram Stories.
"Además de cortarme el viaje espiritual mi inodoro, la heladera decidió dejar de andar".
"Mi mala suerte: estos días estuve medio reflexiva, medio bajonera y me dije 'me voy a dar unos días para mí, me voy a escuchar', ¡pero me pasó de todo! Resulta que se tapó el baño. Acá todo da a pensar a que yo cago fuerte, pero no es la única razón por la que se puede tapar una cañería, sino que las cañerías se comunican internamente y si vos perdés mucho pelo se va quedando. Encima, con mi hermoso departamento se comunica una cañería mayor y después me terminan cobrando 7.800 pesos", comenzó contando Vigna, mientras recorría su casa ilustrando los problemas.
"Encima este queso,que me salió carísimo y recién lo empezaba, uno dice 'bueno, me lo compro y lo voy a regular para que me dure', ¡se me pudrió por la heladera!".
Luego prosiguió con la enumeración de daños: "Además de cortarme el viaje espiritual mi inodoro, la heladera decidió dejar de andar. Yo pensé que era el enchufe, la conecté en otro enchufe y tampoco funcionó. La única semana que decidí tomar para mí, ¡se me explotó el baño y la heladera dejó de funcionar!”.
Indignada con la secuencia domestica, Flor concluyo el relato mostrando un gran pedazo de queso que perdió la cadena de frío y no pudo consumir: "Encima este queso,que me salió 10.800 pesos y recién lo empezaba, uno dice 'bueno, me lo compro y lo voy a regular para que me dure', ¡se me pudrió por la heladera!".
Felizmente cada uno de los percances fueron rápidamente resueltos y Flor Vigna “hizo las paces” con su heladera y su hogar.