A casi un año de terminar sus dos años de noviazgo, Florencia Jazmín Peña (31) se reencontró con Magalí Tajes (31) en Brasil, país vecino desde el que la expareja se declaró su amor, libre de rótulos y etiquetas, en Instagram.
Recién llegada de sus extensas vacaciones a Buenos Aires, la escritora y comediante fue hospedada por la bailarina, que se consagró campeona del Súper Bailando 2019 junto a Nico Occhiato, en su departamento y ambas compartieron su reencuentro en las redes sociales. Lo que no imaginó Flor fue que Magalí contaría un inesperado detalle íntimo, de su noche juntas.
"Flor me dijo 'vení a dormir'. ¡Ustedes no saben lo que habla dormida! En un momento me despertó y yo le digo '¿estás bien?'. Y ella me dice '¡qué conexión que tenemos! Gracias por tu energía'", dijo Magalí.
"Ayer invité a dormir a Magalí Tajes", dijo Peña en un video que subió a Instagram Stories, dándole el pie a su ex para que revele una intimidad: "A dormir fue una manera de decir. Me dijo 'vení a dormir'. Yo no dormí un carajo. ¡Ustedes no saben lo que habla esta mujer dormida! En un momento me despertó y yo la toco y le digo '¿estás bien?'. Y ella me mira y me dice '¡qué conexión que tenemos! Gracias por tu energía'". Luego contó un insólito comentario que le hizo Flor, entredormida: “Y en un momento me dice 'che, ¿viste los nenes que juegan? ¡Qué lindos los nenes que juegan! Hay dos nenes jugando acá'. Y yo 'la con... de la lora, ¿cómo que hay dos nenes?'".
"Yo pensé en no vernos más por este tema, real", bromeó Tajes, tras describir la ajetreada noche junto a Peña.
Sin contener la risa cómplice, Flor se hizo cargo de la situación: "Hablo dormida, por si no se entendió. Hace un montón que no me pasa. A bueno, como duermo sola, ¿quién me lo va a venir a decir?".
Recordando el tiempo en que fueron novias, Tajes agregó con humor: "Yo pensé en no vernos más por este tema, real". Y concluyó sobre la ajetreada noche con su ex: "No es la primera vez que habla sola, dormida. Siempre habló dormida. De hecho, cuando recién nos conocimos, ella dormía dos o tres horas. Nos acostábamos a las dos de la mañana y ella a las cuatro o cinco, me decía 'buen día'. ¿Qué buen día? Buen día en cinco horas".