¿Acaso el tiempo no pasa para Flavia Palmiero? A sus 51 años, la actriz y conductora luce mejor que nunca, y esto no es una frase hecha. Pero lejos de querer jugar a la diosa de la juventud eterna, ella reivindica con orgullo el camino transitado, se emociona al recordar sus ¡34! años de carrera y no reniega en lo más mínimo de ser un ícono del mundo infantil. Al contrario: sabe-con razón- que ese rol la colocó en un lugar imborrable de la memoria de toda una generación de chicos que creció cantando con ella “La Ola está de Fiesta”.
Ademá, este 2017 que ya nos deja, la reencontró con su primer amor: la actuación dramática. Después de varios años de ausencia en la televisión, Flavia volvió a la ficción de la mano de la serie Cuéntame cómo pasó, cuya primera temporada finaliza esta noche por la Televisión Pública.
"No voy a sufrir el día que no me reconozcan, ni sufro que me reconozcan. Es como cuando hablan bien y hablan mal, no te tenés que creer ninguna de las dos cosas".
“Fue un lujo trabajar con este elenco increíble, se trató de un proyecto muy especial. Parecía que estábamos haciendo cine en televisión. Susana, mi personaje, es brava y encantadora a la vez. Era una historia muy fuerte y me encantó el personaje. Nunca me habían visto en un rol así, tenía ganas de este desafío”, le confía Palmiero a Ciudad en un mano a mano exclusivo.
para , nuestro : ¿siempre quisiste ser actriz?
— Ciudad Magazine (@ciudad_magazine)
- ¿Cómo fue el encuentro con Nicolás Cabré, que empezó con vos tan chico y hoy protagoniza la serie?
- Fue genial. Nosotros nos conocemos mucho. Es muy especial. Tenemos una conexión muy linda, somos muy respetuosos el uno del otro. Yo lo respeto mucho. Siempre supe que era un buen actor, pero hay que verlo sobre el escenario porque es superior. Para mí, es el mejor actor de su generación.
- Muchas veces la gente o la prensa se queda con su imagen de “complicado”.
- No... Primero, es un tipo bárbaro; y segundo, es súper profesional. Como actor, es algo increíble.
- ¿Extrañabas la televisión?
- Sí, claro. Lo que pasa es que la tele se puso como diferente e intensa… O te subís a la moto o te quedas en tu casa, y ni siquiera te diría mirándola. Básicamente soy actriz y, como actriz, me gustan el cine y el teatro. En televisión, me gusta la conducción: me gusta la comunicación, el vértigo y la actualidad. Yo soy una mina que está súper actualizada. Pero cuando encontrás una ficción como esta, no podés decir que no.
- ¿Lo infantil ya forma parte del pasado?
- ¡Nunca queda en el pasado lo infantil! Porque todo el tiempo me paran en la calle para decirme que me veían. A mí no me molesta que digan que me veían cuando eran chicos y ahora son enormes, porque yo también era chica (risas). Tenía 19 años cuando arranqué. No tengo complejos con la edad, para nada. Entonces, ¿cómo no voy a estar orgullosa de haber empezado hace 34 años mi carrera y que todavía me recuerden como si fuera hoy? Y con ese público que veía La Ola está de fiesta tengo una conexión muy especial, es como que no necesitamos decirnos nada: me miran, se ríen y ya entendimos todos. Crecimos juntos. Para mí es un orgullo haber empezado así y haber tenido tanto éxito. ¿Cómo voy a renegar de eso? ¡Estaría loca!
- ¿Y de la fama renegaste alguna vez?
- Mirá, tengo más años de famosa que de no famosa (risas). Nunca renegué. Reconozco los límites que tenés como persona y eso es indudable. Si alguien se acerca a pedirme una foto o un autógrafo, le digo que sí, feliz de la vida. Pero no voy a sufrir el día que no me reconozcan, ni sufro que me reconozcan. Es como cuando hablan bien y hablan mal, no te tenés que creer ninguna de las dos cosas. Yo muchas veces toqué el cielo con las manos pero con los pies sobre la tierra. Es algo básico. Es muy difícil mantenerse así a través del tiempo, es un gran trabajo.
- ¿Es muy difícil que no se suban los humos a la cabeza?
- Lo que pasa es que cuando empezás de chica, y por suerte te va bien desde el comienzo, no te mareás. Además, tiene que ver la educación que recibí en mi familia: en casa son todos muy ubicados. Mis hijos también son sumamente ubicados porque los crié así. A mí no me gusta esa cosa del divismo: yo soy una laburante, estoy a disposición del trabajo. Esto es un trabajo, no una fiesta. Que salgas en una foto o te pongas linda ropa, no tiene nada que ver. Trato de vivirlo de esa manera. El trabajo para mí es sagrado y siempre fue así.
- Recién hablabas de la edad y ahora dicen que los cincuenta son los nuevo treinta. ¿Estás de acuerdo?
- Yo creo que no. Estoy bien con mis 50 porque son 50, no voy para atrás ni para adelante. Entonces, los vivo desde el aquí y ahora. Siempre traté de trabajar para estar lo mejor posible conmigo misma: hago terapia, voy al gimnasio y al centro de estética. Trato de hacerme lo menos posible. No tengo cirugías, salvo en las lolas, y las trataré de evitar. El paso del tiempo lo llevo de una manera lo más natural posible porque yo soy así. Siempre dije mi edad, crecimos juntos así que es imposible mentir (risas). No me gustaría además porque no miento en la vida. Veo gente que miente con la edad y no lo puedo creer, yo sentiría que estoy borrando con el codo lo que escribí con la mano. Es ridículo y antiguo. Para mí, el divismo, sacarse años y tener complejos con la edad es antiguo, está pasado de moda todo eso. Hoy en día la gente es mucho más humana, sensible y vulnerable. Nadie es Superman ni la Mujer Maravilla.
"Siempre traté de trabajar para estar lo mejor posible conmigo misma: hago terapia, voy al gimnasio y al centro de estética. Trato de hacerme lo menos posible. No tengo cirugías, salvo en las lolas, y las trataré de evitar".
- De hecho, ahora los famosos se muestran más “humanos” a través de las redes…
- Sí, pero hay que desmitificar también: las redes no son tu vida. Uno muestra una foto en la que está divino y después está llorando o tiene un problema. No conozcamos a la gente nada más que por la foto, tratemos de evitar eso. Uno tiene que conocer a la gente en la vida.
para , nuestro : ¿por qué siempre decís que elegís madurar y no envejecer?
— Ciudad Magazine (@ciudad_magazine)
- ¿Y cómo te llevás con las críticas en las redes? ¿Sos de bloquear?
- Sí, bloqueo. A mí no se me ocurriría escribirle algo malo a alguien, no perdería ni un segundo de mi vida en eso. Entonces, cuando veo que hacen eso, los bloqueo porque digo ‘no estén acá, no me miren si no les gusto’. Están en todo su derecho de que no les guste. Pero les hace mal escribir esa cosas. Yo siempre digo que la gente mala, envejece mal también. No sean malos si quieren estar bien, traten de ser lo mejor posible.
- ¿Y cómo vivís el amor en este momento de tu vida? (Está en pareja con Luis Scalella, presidente de Argentina Sono Film)
- Bien. Se vive de la misma manera que siempre. Creo que el amor no debe envejecer ni madurar tampoco. Pero, obviamente, tolerás muchas más cosas porque tenés más experiencia. Pero el espíritu del amor se vive igual.
"Soy muy sobreprotectora como mamá. Una vez le decía a mi hija que tenía miedo de ser una mamá ausente y ella me respondió ‘no, ¡sos demasiado presente!’"
- ¿Con Luis vivís eso?
- Sí. Uno también se encuentra en la vida con alguien y son momentos diferentes. Yo también creo mucho en la "ley de atracción", por la que uno siente que le gustaría algo y va en la búsqueda de eso. Creo mucho en eso. Tenemos una buena relación, pero normal, como cualquier pareja. Somos los dos de mucho carácter y de mucha personalidad, cada uno tiene su mundo. Siempre fui así, desde los veinte años. No es que soy así ahora porque soy grande. Creo que soy tan fuerte como frágil a la vez porque he sido adulta desde los 17 años y niña también. Siento que voy a seguir siendo así siempre.
- ¿Tenés ganas de casarte?
- ¡No! Estamos bien así. No tengo idea si puede pasar. No le tengo fobia al casamiento pero siento que estamos bien así.
- ¿Conviven?
- No, nos vemos todo el tiempo pero cada uno tiene su casa. Tenemos nuestros espacios.
- ¿Encontrás un común denominador entre los hombres de tu vida?
- Sí, yo creo que sí. En las parejas importantes sí hay un común denominador. Me gusta la gente inteligente. Creo también que es una cuestión de piel, no es que haya un estereotipo: es una cuestión de piel y conexión. Si tiene una conexión y un vínculo, va. No importa lo que represente esa persona. Pero tiene que haber un vínculo porque no me gusta lo superficial.
- ¿Nunca te gustaron los touch and go?
- No, no me gustan. Me parece que cuando tengo una buena relación con alguien es porque tengo un gran vínculo, pasa por la relación de afecto.
- Hablando de afectos, ¿cómo son tus hijos? No sos de mostrarlos mucho.
- No, no los conocen (risas). Porque ellos eligieron un perfil bajo, llevan una vida normal.
- Muchos hijos de famosos terminan trabajando en el medio, ¿los tuyos no están interesados?
- No, por el momento no. Giuliana (28) es arquitecta, trabaja muchísimo, es súper creativa, brillantemente inteligente y la admiro muchísimo. Se recibió en la UBA, primera escolta de la bandera, y ahí le dije al papá: ‘Nos superó a los dos’. ¡Nosotros pudimos conseguir mucho en la vida pero eso no! Gianmarco (23) estudia economía y tiene mucha garra, se va a destacar muchísimo en lo que elija. Mis hijos están grandes, desearía tenerlos cerca y ellos están en un momento en el que quieren vivir la vida a pleno. Tenemos nuestros momentitos, como todas las familias. Si me das un deseo en la vida, me gustaría apretar un botón y que vuelvan a ser chiquitos.
"Creo que el amor no debe envejecer ni madurar. Pero, obviamente, ahora tolerás muchas más cosas porque tenés más experiencia. Pero el espíritu del amor se vive igual".
- ¿Cómo te definís como mamá?
- Soy muy sobreprotectora. Una vez le decía a Giuliana que tenía miedo de ser una mamá ausente y ella me respondió ‘no, ¡sos demasiado presente!’ (risas).
- ¿Tuviste los típicos miedos de las mamás que trabajan?
- Sí, yo igual trabajaba, paraba, trabajaba. Giuliana estuvo en el momento más loco de mi carrera y me acompañó mucho. Con Giani paré un poco más. Ellos están acostumbrados a ver a su mamá activa pero también presente. Siempre fueron mi prioridad. A los 20 años fui mamá y lo elegiría nuevamente.
- ¿Te dan ganas de ser abuela?
- Siento que falta para eso. La otra vez les dije ‘fui mamá joven, abuela cuando esté más tranquila y lo pueda disfrutar’. Lo que me pasa es que yo los disfruté mucho a ellos, no tengo facturas pendientes. Entonces no sé cómo va a ser mi relación con mis nietos. ¿Viste que muchas veces los abuelos pagan facturas viejas de los hijos con los nietos? Dicen que me voy a morir de amor y estoy segura de que va a ser así. Mi novio tiene nietos también y me encantan. Siempre les digo que no voy a ser una abuela metida, vamos a ver si cumplo. Con ellos fui muy madraza, pero también los crié muy independientes.
- ¿Rechazaste alguna propuesta para no incomodarlos?
- Sí, hace poco tuve que rechazar un papel en cine porque era muy fuerte. Me iba a complicar con mis hijos. No es una excusa, ellos son mi prioridad. Ya de por sí tener una mamá famosa no es fácil, ellos tratan de ser respetuosos y de entender lo que pasa. Ser famosa tiene que ver con eso: hay límites y uno sabe que se puede equivocar pero hay que tratar de cuidarse.
Fotos: Musepic
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff IG: @adealdanaok TW: @aldimoreno
Video y edición: Leandro Bevilacqua
Locación: Four Seasons Hotel Buenos Aires
Maquilló: Marina Sahores para Marra Mkup
Peinó:
Agradecimientos: Gabriel Oliveri / Calandra