Con profundas raíces en la tradición argentina, Felicitas Pizarro (36) encontró su pasión en el asado y dejó de lado la herencia musical, que le venía de parte de su abuelo, Juan Carlos Saravia, el creador de Los Chalchaleros.
Cocinera experta, vocación que afianzó tras ganar un certamen organizado por el prestigioso chef Jamie Oliver, se convirtió en una referente del arte culinario en televisión gracias al éxito como jurado en El gran premio de la cocina y al frente de Fuegas ¡comer, asar y hablar!
Feliz por el éxito de Fuegas (sábados a la medianoche por eltrece), Felicitas reconoce ante Ciudad: "Para mí es un desafío enorme conducir un programa con invitadas. Ser una especie de cocinera, conductora y presentadora recibiendo a alguien en cada capítulo es lindísimo".
"Por momentos fue difícil por una cuestión de pensarlo mucho, pero después de prender el fuego las cosas fluían un montón. Hacía frío, había humo, en esa época mi bebé tenía tres meses, todos aspectos que hacían que fuera difícil, pero me dio mucho placer y felicidad, fue muy divertido", comentó la madre de Ramón (4) e Indalecio (7 meses), fruto de su matrimonio con Santiago Solerno.
Siempre activa, Felicitas además volvió como jurado a El Gran Premio de la Cocina, y debutó en Parrilla para todos los días, junto a Christian Petersen, su también colega en el certamen que conduce Carina Zampini en las tardes de eltrece.
No se detiene. Todo lo contrario. Sueña en grande: "Tengo deseos de tener un lugar propio. Un restaurante. Siempre hice ferias, pero con la pandemia eso no existe. Tengo muchas ganas de cocinarle a la gente. Fuego tiene que haber, pero no todo parrilla. Que tenga que ver con los vinos, muchos maridajes, vegetales a la parrilla. Va por ahí".
-Fuegas es un proyecto que te vino como anillo al dedo.
-Cuando me llegó la propuesta me encantó y la acepté en un minuto. Me encanta que sea con mujeres, con asadoras y cada una con su impronta. Para mí es algo natural, divertido, que me gusta mostrar y hacer. En casa hago el asado, es natural. En invierno también hacemos guisos, cosas en el disco, o simplemente prendemos el fuego para estar cerca del calor, estar afuera.
-¿Cuál es el mensaje que buscan dar con el programa, además de comer, asar y hablar?
-El mensaje no es en contra del hombre parrillero, sino la unión. Cuando el hombre quiere hacer el asado que lo haga, y cuando está la mujer lo puede hacer, y si están juntos se pueden turnar. Hoy por hoy puedo afirmar que el mejor asado lo comí de un hombre, no tengo que hacerme la feminista y decir que fue de una mujer.
-¿Cómo era la ceremonia del asado en tu familia?
-En mi casa la que hacía el asado era mi abuela y mi abuelo ponía la mesa, y eso ya era un montón. Yo crecí en esa casa y no lo notaba como algo raro, sí cuando fui viendo que eso no pasaba en otras casas y pensaba que lo de mi abuela era raro, o moderno dependiendo de cómo se viera.
-¿Cómo repartís tu rol de madre todo terreno y el trabajo en la cocina?
- Pasé el 2020 grabando El Gran Premio de la Cocina con una panza que crecía, me fui en diciembre de 9 meses, y nació a las dos semanas nació Indalecio (7 meses). Es un bebé re mamero, está todo el día conmigo. Y yo me lo llevo a todos lados. Yo ya tenía un hijo, y tener dos es totalmente distinto.
- ¿Por qué es distinto?
- Volvés a vivir cosas de las que te habías olvidado, con un bebé que te necesita al ciento por ciento. Y yo también me siento otra, con una instensidad bellísima y cansadora. Pero después renovás energías porque es un bombón. Es una montaña rusa de emociones. A veces estás muy contenta y otras, ¡no! ¡Ja!
- Sos nieta de Juan Carlos Saravia, el creador de Los Chalchaleros, ¿cómo fue crecer en el ambiente del folklore?
- Para mí fue un honor toda la vida. Amo el folcklore. Indalecio nació el día del aniversario de la muerte de mi abuelo, para mí fue un mensaje de que está ahí. Es un orgullo enorme ser nieta de Juan Carlos Saravia y sobrina de Facundo Saravia. Soy recontra Chalchalera. De chica me encantaba la guitarra, pero mi hermana Malena es la música que yo no soy, y yo soy la cocinera que ella no es. Nos re complementamos.
-¿Qué recuerdos tenés de tu infancia con Juan Carlos?
- Muchas anécdotas, mi abuelo tiene mil cuentos increíbles de cosas que le pasaron en su vida con personajes increíbles. Es como que se sentaba hablar y los nietos, y todos, lo escuchábamos. Yo viví un año con él, tenía una relación muy linda con él. Y caminando por la calle con él la gente adoraba, porque les representaba el amor hacia sus propios padres o a la música autóctona argentina. Era muy lindo caminar por la calle con él porque todo el mundo lo quería. Y también el día que se fue. Las cosas que me dicen de mi abuelo son increíbles, se me infla el pecho. Es espectacular.
-¿Qué les cocinabas a tus abuelos?
-A Eve, mi abuela, le cocinaba los postres, la torta rogel. Y él comía de todo, y terminaba el plato y pedía más, era el comensal ideal y nada crítico.