Luego de abrir su corazón y compartir con el público y sus fieles seguidores que comenzó un tratamiento para luchar contra el cáncer de intestino que le detectaron semanas atrás, Federcio Bal decidió volver a trabajar y hablar a fondo de su salud en su debut radial.
“Ustedes saben que hace algunas semanas vengo con algunos problemitas, me están sucediendo algunas cosas. Hace más de un mes y medio me diagnosticaron cáncer en el intestino, mucho de esto lo pueden saber por las redes sociales o por algún programa de chimentos, o por seguirme en Twitter o Instagram", comenzó diciendo Fede en Late El Viernes (Late 93.1).
Mucho de lo que voy a contar lo sabe mi amigo Pepe porque pasamos mucho tiempo juntos y estaba conmigo. Esto me agarró en plena temporada. Yo estaba viviendo con Pepe (Ochos, amigo y compañero de radio) mientras terminaba la obra Mentiras inteligentes y él había terminado su espectáculo con Antonio Gasalla.
“Le pregunté a mi médico si me iba a morir y si el tratamiento de quimioterapia y radioterapia me iba a permitir tener hijos en el futuro".
En un descanso del teatro me voy a Buenos Aires y me hago un estudio porque no tenía ningún síntoma pero cuando iba al baño veía una anomalía, un poco de pérdida de sangre. Lo había dejado pasar por algunos meses hasta que apareció un ángel en mi vida que me hizo ver las cosas desde otro lado y me dijo ‘flaco, tenés que hacerte un estudio. Con la salud no se jode’. Sobre todo porque mi papá y mi abuelo tuvieron el mismo problema. En ese momento, sentía que me las sabía todas y que con un análisis completo de sangre ya estaba. Y no”, agregó.
Allí, detallo cómo comenzó su tratamiento: “Me hice una endoscopia y el resultado no fue bueno. Había 10 pólipos en mi intestino, los cuales me los extrajeron pero quedó uno grande que estaba en una zona complicada. En ese momento era Iron Man porque empecé a entrar en tubos de máquinas de tomografías y radiografías para ver qué pasaba. Y mientras pasaba esto, se generó una noticia falsa en las redes sobre que yo tenía coronavirus y generaron tendencia. Mi mamá se preocupó y decidí irme de las redes un tiempo y volverme a Mar del Plata".
“Un día me llama mi médico y me dice ‘tenés cáncer’ y me vi de afuera, como en una película. Sentí que las prioridades se rompían, que iba a haber un cambio grande en mí".
“Un día me llama mi médico y me dice ‘tenés cáncer’ y me vi de afuera, como en una película. Sentí que las prioridades se rompían, que iba a haber un cambio grande en mí y pensé en cómo decírselo a mi mamá. Se lo dije, agarré el auto viajé a Buenos Aires, lloré y grité en medio de la ruta y me pregunté ‘¿por qué yo tengo cáncer que tengo 30 años, con una buena salud, que estaba en un momento genial, que tenía proyectos y estaba rodeado de amigos?’”, continuó.
Ya en Buenos Aires, Fede dio a concoer la charla íntima que tuvo con su médico: “Le pregunté si me iba a morir y si el tratamiento de quimioterapia y radioterapia me iba a permitir tener hijos en el futuro. Y con la crudeza que tienen los médicos me dijo ‘vos tranquilo, Fede. Esto es como agarrar la ruta 2 para Mar del Plata con un muy buen auto. En ese momento, tu cuerpo es el auto. Yo no te puedo asegurar que vas a llegar a la playa sin chocar, pero tenés todas las chances de estar bien’. Eso fue terrible. Me empezó a hablar de porcentajes. Me dijo que un 30% de los pacientes con mi condición se curan y no se tienen que operar. O sea que mi vida comenzó a pensarse en números y estadísticas”.
Y cerró, íntimo: “Por momentos ni me reconozco quién soy. La cabeza y el amor en este proceso son claves. Ahora estoy con un tratamiento de rayos de lunes a viernes combinado con pastillas. En un tiempo sabremos si necesito una operación o no".