A los 12 años, Eva de Dominici sufrió uno de los golpes más dolorosos de su vida. Una pena tan profunda que quedó sepultada en algún pliegue de su corazón hasta que, incontenible, terminó explotando una década más tarde. “La separación de mis papás fue muy dolorosa. A los 21 me di cuenta que todavía no lo había aceptado. Vi una foto de mis padres, mi hermana y yo, y me largué a llorar”, cuenta la actriz, en su charla íntima para la #NotaDeTapa de Ciudad, en la que habla por primera vez del difícil momento de salud que atravesó en su adolescencia.
A los 23 y recientemente separada de Joaquín Furriel (43), hace honor a la fuerza de la mujer de la que heredó su nombre: Eva Perón. Sin vacilaciones, De Dominici se anima a asomarse al espejo de sus padres y no teme enfrentarse al reflejo de aquella ruptura en su vida. “La de ellos no se dio en los mejores términos y por eso dolió más. Si no hay una estabilidad familiar, yo al menos, no logro ser feliz. Pero estoy en un momento de mi vida en el que tengo muchísima ilusión de formar una familia… se me llenan los ojos de brillo cuando pienso en eso. Soy chica, pero está ese deseo y no tengo miedo por lo que pasó”, asegura, positiva, tras sellar el final en su relación de dos años y medio con el actor.
Abocada de lleno a su carrera profesional, Eva acaba de estrenar el filme Sangre Blanca, que protagoniza junto a Alejandra Awada. En el thriller policial, se pone en la piel de una mujer-mula, que transporta cápsulas de cocaína en su cuerpo. “¿Cómo es mi relación con las drogas? Cero, no tengo relación. Les tengo mucho miedo porque vi cómo han arruinado vidas. Obviamente, no es lo mismo cocaína que marihuana, pero ni siquiera eso. Yo no puedo ni consumir marihuana”, admite sin dudar, antes de abrir la puerta de su actualidad sentimental.
"Si no hay una estabilidad familiar, yo al menos, no logro ser feliz. Pero estoy en un momento de mi vida en el que tengo muchísima ilusión de formar una familia… se me llenan los ojos de brillo cuando pienso en eso".
-A mediados de agosto confirmaste la separación de Furriel, aunque hacía tiempo ya que se venía rumoreando la crisis. ¿Cuándo fue la ruptura?
-No mucho tiempo atrás, habíamos tomado la decisión y después se filtró. Con Joaquín tengo la mejor relación. Es un genio y cualquier persona que esté a su lado va a ser muy afortunada porque es un gran hombre. A mí me acompañó y yo crecí mucho al lado de él. Va a ser siempre importante en mi vida, me dedicó mucho tiempo. Y yo a él, obvio... También me pone contenta que pudimos terminar una relación y eso no significa que haya incomodidad entre nosotros. Hay que valorar todo lo lindo que se vivió.
-A fines del año pasado en una entrevista habías dicho que cuando una relación no suma, es momento de separarse. La pregunta que se impone es: ¿qué dejó de sumar entre ustedes?
-¡¿Dije eso?! No me acuerdo… ja ja ja. Es algo privado, elijo no compartirlo, se tomó una decisión y… por supuesto que no estuve saltando en una pata, pero si rescato algo, es que fue en excelentes términos. Y que lo quiero mucho y que lo voy a querer siempre. Además, sigo teniendo una relación, no tengo por qué perderlo en mi vida.
-Calculo que debe haber sido más difícil por tu vínculo con Eloísa (7 años, la hija de Joaquín con Paola Krum).
-Sí... la amo, la amo.
-¿Seguís teniendo contacto con ella?
-Bueno, veremos cómo se da. Joaquín tiene una hija que es un sol. Paola también es una genia. Eloísa tiene una familia hermosa y… obvio que la amo. Veremos qué pasa, cómo se va dando todo.
-¿Te resulta extraña la soltería?
-No, estoy re bien, en un momento súper feliz. Estoy con mucha ilusión y tener mucho trabajo ayuda a tener la mente ocupada. No es que estoy sola, tengo gente a mi alrededor que me acompaña.
-Remarcaste en varios tramos que estás ilusionada: ¿estás conociendo a alguien?
-No, ilusión con la vida. Digo que no estoy apagada, es un buen momento para mí. Estoy valorando las oportunidades que tengo. De repente viajo un montón y estoy agradecida con la vida y la gente que tengo. Trato siempre de ver el vaso medio lleno.
-Esa positividad se ve reflejada en el mensaje que das cuando algún seguidor te critica en las redes sociales. ¿Te agota un poco tener que salir al cruce de ciertos comentarios?
-Los veo… cuando leo algo que está muy mal, trato de frenarlo. Yo no bloqueo a nadie, no me tomo ese tiempo, pero a veces la gente es muy agresiva, sobre todo con lo físico. Me impresionan las mujeres agrediéndose entre sí. Y si puedo agregar un granito de arena, lo hago. Si yo fuera insegura o estuviera atravesando un problema de alimentación, tal vez me afectaría mucho. Y hay que tratar de que la gente se de cuenta de eso.
-También levantaste muy fuerte la bandera por la legalización del aborto y la lucha del feminismo.
-Hay que entender que el machismo no es una mala palabra porque la gran mayoría fuimos criados en familias machistas. Imaginate toda mi familia italiana. Me criaron con los mejores valores que me pudieron dar, pero hay un montón de cosas que hoy me replanteo para reeducar a mis padres. Y, el día de mañana, para mis hijos cambiaré cosas.
-¿Te considerabas machista?
-Sí, yo fui machista mucho tiempo, pero quiero cambiar. Y para eso tengo que escuchar. Y aprender. Y cambiar. No sé si tengo una responsabilidad, pero sí es una oportunidad de comunicar algo a mis seguidores. Y si puedo dar un mensaje positivo, lo hago. Este momento de mi vida me va a quedar muy grabado porque fue una época de mucha reflexión y le agradezco a las actrices argentinas que están haciendo mucho por el feminismo.
"Me gusto y me acepto, pero he tenido un montón de inseguridades. Sobre todo en la adolescencia, que es el momento más crítico. He tenido un problema alimenticio, incluso. A mí me han llegado a decir en una producción de fotos que estaba gorda… ¡y yo soy un palo!"
-Recién hablábamos de las críticas al físico, ¿cuál es la autopercepción de tu cuerpo?
-Me cuido mucho. Bah, me cuido. Me gusto y me acepto, pero he tenido un montón de inseguridades. Sobre todo en la adolescencia, que es el momento más crítico. He tenido un problema alimenticio, incluso. A mí me han llegado a decir en una producción de fotos que estaba gorda… ¡y yo soy un palo! Entonces digo… qué fuerte la carga que uno debe llevar y que no tiene sentido. Después entendí que lo que yo quería ser no tenía nada que ver con eso y que si ellos me veían gorda, sería un problema de ellos. Yo me amo como soy y chau. Es fuerte… sobre todo sentir esa carga de pertenecer al estándar de belleza, lo que es ser femenina. Yo me miro y sí, entro en el sistema porque soy súper coqueta, pero tal vez hay otra mujer que no tiene ganas de ser así y no tiene por qué estar apartada. Y de eso se trata el feminismo.
-Calculo que este problema alimenticio que comentás también influyó mucho en cómo sentás posición con respecto al tema.
-La adolescencia es muy difícil para todos. Por ahí estás pasando un momento malo con tu familia o alguna cosa que te hace más vulnerable y te afecta por algún lugar.
-Las redes son una especia de vidriera en la que mostramos nuestra mejor versión. ¿Cómo es la Eva que no aparece con filtros?
-La verdad es que no comparto mucho de mi vida privada. Trato de mostrarme como soy. A mí me encanta maquillarme, pero si un día estoy en ojotas, también lo puedo subir. La Eva que está detrás es muy enfocada, muy trabajadora, soy muy jodona y eso sí que lo muestro en Instagram. Hay una Eva muy sensible también, muy vulnerable, que tal vez no elijo compartir porque sería un bodrio, ja ja ja. Lloro casi todos los días, pero no voy a poner una foto así, no da. Uno intenta compartir los momentos de felicidad, que a la larga, son los que más quedan. Y eso es lindo.
Fotos: Musepic
Videos y edición: Leandro Bevilacqua
Producción: Aldana Moreno Lusianzoff IG: @adealdanaok
Locación: Nuss Buenos Aires Soho
Styling: Romina Giangreco
Maquilló: Justina Dubarri para Frumboli Estudio con productos Lancome
Peinó: Juanma Cativa para Mala Peluquería
Agradecimientos: .Tiff Prensa y Comunicación