Tan feliz como agradecida por la familia que construyó con Francisco García Ibar a partir del nacimiento de Ema, su hijita juntos, cada vez que puede Eugenia Tobal lo elogia como papá y compañero de vida.
En esta oportunidad, recordó cómo conoció a Francisco y al rememorar su historia de amor remarcó que su querido perro, Romero, fue el "celestino"; gracias a él se cruzó por primera vez con el papá de su nena.
LA HISTORIA DE AMOR DE EUGENIA TOBAL Y FRANCISCO GARCÍA IBAR
"No se llama Cupido, pero se llama Romeo. Sí, es cierto. Fran es adiestrador de perros, trabaja en un campo donde hay una especie de hospedaje canino, yo le digo jardín de infantes de perros. Ahí los perros van de vacaciones o de estadía cuando los dueños no los pueden tener. Y yo quería que mi perro viviera la experiencia de la manada porque es un maltés que vivía a upa mío, en un departamento, y yo lo sacaba porque quería que sea un perro salvaje...", contó Eugenia Tobal.
Entonces, habló de la primera vez que charlaron por redes sociales antes de conocerse personalmente.
"Le escribí varias veces por Instagram a Fran y le decía 'voy a ir' y él me decía que vaya cuando quiera. Pasó un año, me olvidé y un día dije 'voy a escribirle', como si no le hubiese escrito antes"
"Y (Mariano) Zabaleta en ese momento estaba haciendo Pura Química y mandaba a los perros ahí. Y un día me dijo: '¿Por qué no lo llevás a la manada?'. Le escribí varias veces por Instagram a Fran y le decía 'voy a ir' y él me decía que vaya cuando quiera. Pasó un año, me olvidé y un día dije 'voy a escribirle', como si no le hubiese escrito antes, y cuando miro el historial ya le había escrito como dos veces, un desastre. Le pedí disculpas, porque no me había dado cuenta", recordó.
Aunque contó que al toque tuvieron buena onda, él prefirió decirle que no la conocía de los medios.
"Mi marido es medio colgado, no mira TV. Pero sí sabía (quien era), aunque él me dijo que no. Pero llegó el día en el que me fui hasta el campo y nos conocimos. Mi perro pasó la evaluación y parece que yo también. Ahí empezamos a tener buena onda pero yo estaba muy cegada con otras cosas, venía de otra relación y hasta evaluaba la maternidad sola. Pero a veces uno se empecina de una forma y la vida te lo cambia", reflexionó.
Y se despidió contando cuándo pasaron de salir a tener una relación formal.
"Estuvimos un tiempo largo conociéndonos y un día dijimos 'acá pasa algo'. Y ahí empezamos a tener una relación más seria. Después pasaron dos años hasta que vino Ema", cerró, nostálgica.