Tanto lo deseás y, al fin, sucede: desde hoy se puede ver en Netflix la tercera entrega de La casa de papel. Y para que te pongas en clima, te contamos algunos de los altos (y también, bajos) de la nueva temporada de la serie española.
¿En dónde arranca la historia? Luego de que "el atraco" a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre resultó un éxito, cada uno de los integrantes de la banda se encuentra de viaje fuera de Europa. De a poco, reaparecen en escena Tokio, Río, Helsinki, Nairobi, El Profesor, la ex inspectora Murillo (ahora Lisboa), con su hija y su madre; Denver y Mónica (ahora Estocolmo), con el hijo que tuvo en la clandestinidad con Arturito.
A dos años del robo, Tokio y Río viajan a una isla paradisíaca y cuando él es secuestrado, la banda decide reunirse y planear un nuevo golpe maestro, esta vez, al Banco de España.
En esta temporada volvemos a ver a Berlín, uno de los personajes más queridos por los fanáticos, por medio de flashbacks. Y hace su entrada Palermo (Rodrigo de la Serna), un nuevo líder que llega con su carisma para generar grandes momentos entre los miembros del grupo de atracadores y para sumar su ingenio al del Profesor y de Berlín para diseñar el próximo plan perfecto.
Con un planteo similar al de las entregas anteriores, la tercera parte de La casa de papel tiene algunos puntos que hacen ruido en su trama. Por ejemplo, resulta poco verosímil que los miembros de la banda decidan tomar este camino de la noche a la mañana, sin sufrir consecuencia alguna. O la idea de que todos están decididos a arriesgar lo obtenido para rescatar a Río.
Como sea, no cabe dudas de que se trata de una serie ideal para maratonear el fin de semana, con la tranquilidad de que las aventuras tendrán su pronto desenlace en una cuarta parte que ya se está rodando, tal como confirmó la actriz Itziar Ituño (ahora Lisboa).