A un mes y una semana del brutal crimen de Fernando Báez Sosa, a mano de un grupo de rugbiers que lo golpeó hasta quitarle la vida, la voz de un testigo, conocido de Blas Cinalli, uno de los imputados y detenidos por el asesinato, salió a la luz.
“Apareció un testigo que contó lo que realmente pasó después de la pelea. Lo escuchamos”, dijo la periodista Liliana Caruso, en Buenos días Amércia, presentando el audio de WhastApp que está en la Justicia, siendo parte de la causa. En el mensaje, el testigo describió la conversación que tuvo con Cinalli tras matar a Fernando y dio detalles de su presencia en la casa de Villa Gesell, en la que se hospedaban los rugbiers en el momento de su detención.
"Fui a la casa de los pibes, les dejamos las valijas y Blas (Cinalli), que estaba en la casa de ellos, nos empezó a contar que se habían peleado, que agarraron a uno y que no sabían si estaba medio muerto".
La palabra del testigo anónimo:
"Pero estás loco vos, ¿qué te pensás, que yo quiero ir a hacer algo? Mataron a una persona. ¿Me estás jodiendo? No es ninguna boludez. ¿Qué me voy a meter? Yo agarro, llego a Villa Gesell y le mando a los chicos '¿podemos dejar el bolso hasta que nos den el hotel?'. 'Sí, vengan a dejarlos'. Bueno, estaban todos durmiendo. Estaba toda la policía en la calle. ¿Qué pasó? Hubo un homicidio ayer, a la salida del boliche. Hubo una pelea y terminaron con la vida de un chico. Bueno, pasó, no creímos. Le preguntamos a unos policías y nos dijeron lo mismo. Estaba la policía científica. Todos estaban. Bueno, vamos a la casa de los pibes, les dejamos las valijas y uno de los pibes, Blas (Cinalli) se llama, que estaba en la casa de ellos, nos empezó a contar que ayer se habían peleado, que agarraron a uno y que no sabían si estaba medio muerto. No creían que estaba muerto. Después nos contó que los salió a correr la policía y se metieron en la casa. Cuando nos contó eso, yo le dije ‘¡no, amigo! A la persona esa la mataron'. O sea, nos contó eso y fuimos a ver qué onda. Fuimos a preguntarle a los policías y nos dijeron que sí, que anoche una manada de chicos, como unos 10 o 12 chicos, le habían pegado al chico ese y a todo su grupo de amigos, pero que terminaron con la vida de ese chico. Yo me cagué hasta las patas y dije 'ustedes están re locos, amigo. Andá a levantar a los pibes, deciles ya y tómense el palo para Zárate. Váyanse, váyanse'. Y me dice 'no, no que están flasheando acá, en Gesell están exagerando'. 'Están re locos, vamos a tu casa'. Me dio las llaves de la casa, agarramos nuestros bolsos y nos fuimos al hotel hasta que abra. Y nos quedamos en la puerta del hotel con todos, con Cala, Santino, con todos los que yo vine. No con los otros. Los otros son los que habían venido en auto. Así que nada. Después fuimos y los tenían a todos en el piso tirados. La DDI, todos alrededor de la casa, revisándoles la casa. Y se los llevaron a todos detenidos. A todos. Eso es porque salieron mamados, se empezaron a pelear. Son los que juegan al rugby, son los enormes, los grosos. No se midieron, tienen fuerza, lo cagaron a patadas en el piso y lo mataron. Nada más que eso. Pero yo no tengo nada que ver. Yo no tengo nada que ver en eso. O sea, ¡una muerte! Qué me voy a andar metiendo, qué voy a querer tener problemas. ¿Estás loco?".