En 2014 murió Jorge Ibáñez, a los 44 años y de manera intempestiva. Y hoy, a seis años de la partida del famoso y querido modisto, se conoció la interna familiar que gira alrededor de su herencia. Un conflicto que puntualmente enfrenta a su hermana, María Alejandra, con su madre, Mabel, y que ya llegó a la Justicia.
Según informó Carlos Monti en Confrontados, María Alejandra y Mabel cortaron relación desde hace dos años y medio. Aparentemente, la hermana de Jorge, una cardióloga radicada en Colombia desde hace dos décadas, sospecha que su madre está siendo influenciada por varias personas de su entorno interesadas en beneficiarse económicamente de la situación y que le impiden contactarse con ella, incluso por teléfono.
"Es una situación muy complicada para ella como hija. Hace dos años y medio que Alejandra no tiene contacto con su mamá. Hay muchas personas alrededor de Mabel que están cooptando su intimidad. No la dejan hablar por teléfono con su hija", dijo su abogada, Alejandra Bellini, quien explicó en el ciclo de El Nueve que su defendida es socia y heredera del negocio.
Además, dijo que dudan de la capacidad de Mabel, que tiene 80 años, para "llevar adelante un negocio, con todas las dificultades que eso acarrea". En este sentido, Marina Calabró, conductora del programa, agregó que la mujer teme que gente de su entorno “endeude a su madre para que ella termine malvendiendo propiedades y de alguna manera beneficiarse".
"Hay muchas personas alrededor de Mabel que están cooptando su intimidad. No la dejan hablar por teléfono con su hija".
¿Qué solicitó la hermana del diseñador en Tribunales? Que se anule a Mabel la facultad de administrar la sucesión de Ibáñez y que se designe un perito contador que analice y controle los ingresos y egresos reales de la herencia.
"Alejandra es una mujer que le dejó todo el manejo a su mamá porque confiaba, pero ella jamás le rindió cuentas y Alejandra tampoco se las pidió", explicó la letrada. Aparentemente, los bienes que legó el modisto abarcan 20 propiedades, varias cuentas bancarias y una caja de seguridad con dinero en efectivo.
Tal como contó Bellini, la última vez que Alejandra vio a su madre fue hace dos años, momento en que la encontró “distante”. “La destrató, llamó a la Policía cuando ingresó al local”, dijo. Y agregó que habían descubierto “que pusieron cajas de seguridad a nombre de otros titulares".