Entre los cientos de análisis exhaustivos que los fanáticos de Star Wars realizaron sobre El despertar de la fuerza, el debate en torno al estado de la princesa Leia sea de los más insólitos. A 32 años de la última película de la saga original de George Lucas, que entre 1999 y 2005 llevó a la pantalla grande los primeros tres episodios, la actriz protagónica se quejó en Twitter por la polémica que la involucró.
Indignada, pero con tacto, Carrie Fisher (59) disparó: "Por favor, dejen de debatir sobre si envejecí bien o no. Desafortunadamente, que lo hagan lastima mis sentimientos. Mi cuerpo no ha envejecido tan bien como yo". Sucede que la artista quedó grabada en las retinas de todos por su increíble lomazo 100% natural, al igual que Harrison Ford con su personaje de Han Solo, con quien fueron más indulgentes.
"Mi cuerpo es sólo el recipiente de mi cerebro, y es el que me arrastra hacia esos lugares y frente a caras que tienen algo que decir o que ver", insistió. Es más, tras leer una ácida crítica periodística, la actriz ironizó: "Ok, yo renuncio a la actuación. Ahora, ¿puede no gustarme que me juzgen por mi aspecto? Digame qué hacer y quién ser, oh sabio columnista del New York Post. Genio".