Luego de una hora de besos, abrazos, charlas y juegos, Romina Uhrig se despidió de sus tres hijas en Gran Hermano 2022.
Mía, Felicitas y Nina ingresaron de visita al reality junto a Marita, la señora que las cuida, y se reencontraron con su mamá (y viceversa) después de cinco meses sin verse.
En los minutos finales, las lágrimas de Romina volvieron a caer y su hija del medio, Feli, le preguntó inocentemente: "¿Por qué estás llorando?".
Lejos de querer preocupar a su niña, la participante de Gran Hermano le contestó: "No estoy llorando. Me duele un poquito la panza. ¿Sabés que te amo? ¿Me ves todos los días?".
"Sí", le dijo Felicitas a Romina, y siguió con las preguntas: "¿Y te gusta verme?". "Sí", volvió a decir la pequeña.
"No estoy llorando. Me duele un poquito la panza. ¿Sabés que te amo?", le dijo Romina a Feli. La niña quiso saber por qué lloraba.
Luego de hablar con su mamá, Felicitas volvió a jugar con Caramelo, el perrito que Romina se llevará del reality a su hogar, y le consultó a su madre: "¿Por qué me mira asustadito?".
Con ternura, Romina le explicó: "Porque es la primera vez que ve a tantos nenes, y lo tocan mucho".
EL PEDIDO DE ROMINA A SU HIJA MAYOR, MÍA
En el tramo final de la visita, Romina le pidió a Mía, su hija mayor, que siga cuidando de sus hermanitas menores hasta su retorno.
"Cuidalas. Y portate bien. Andá a estar con las nenas, en la casa. Está con ellas", le dijo la participante de Gran Hermano a la adolescente.
A Mía también le dijo con seriedad que no agregue a ningún desconocido a sus redes sociales y que se alimente bien, tanto ella como Feli y Nina.