En la madrugada del 23 de febrero de 2019, hace exactamente un año, el cuerpo sin vida de Natacha de 41 años fue encontrado en la suite de invitados del salón de fiestas Xañadú, ubicado en Villa La Ñata. Según se supo en la investigación, allí había mantenido una reunión para realizar futuros shows en el salón junto al productor Raúl Velaztiqui Duarte, Guillermo Rigoni, el dueño del lugar, Gaspar Fonolla, amigo del propietario, el electricista Andrés “Voltio” Bartolín y la joven Luana Micaela Monsalvo.
Antonella, su hija mayor, que nació cuando Natacha tenía 21 años y se crió con su familia paterna en Rosario (pero mantenía un estrecho vínculo con la modelo y conductora), es al día de hoy, junto a su tío Ulises Jaitt, la portavoz del pedido de "justicia" frente a los enigmas que rodean la muerte. Este domingo, la joven -que detalló sus impresiones sobre el caso que aún conmociona, en una charla íntima con Ciudad Magazine- decidió recordar a su mamá con un extenso y emotivo texto que publicó en su cuenta de Instagram.
"Estoy muerta por dentro, hoy pueden lloverme balas que seguramente no las voy a sentir. Peor dolor que verte en ese manto blanco, sin color en tus mejillas y fría no creo que pueda existir".
"Hace 1 año atrás estoy vacía, dentro de mi corazón ya no existe peor dolor que el de tu partida. Aún tengo la esperanza de verte entrar a casa y que me digas: 'acá estoy hijita, nunca me fui... solo fue un mal sueño', pero caigo en la realidad de que ya no estás conmigo, que no hay nada en el mundo que te haga volver a mí, que por más que luche (que jamás voy a dejar de hacerlo), no hay nadie que pueda traer de vuelta esa sonrisa hermosa que tenías, esas ganas de vivir y de sonreír. Estoy muerta por dentro, hoy pueden lloverme balas que seguramente no las voy a sentir. Peor dolor que verte en ese manto blanco, sin color en tus mejillas y fría no creo que pueda existir", arranca la suerte de "carta pública" de Antonella, que subió junto a un tierno recuerdo de su infancia con Natacha en la playa, cuando la mediática estaba embarazada de su segundo hijo.
Y siguió, muy fuerte: "A veces intento entender, ¿cómo puede ser que no te vuelva a ver? No me cabe en la cabeza ... vivir sin volver a decirte: 'Ma, te amo', y no poder abrazarte nunca más, ni dormir en tu pecho o que me seques las lágrimas que caen de mis ojos en este momento. Quiero que sepas que espero encontrarte en otra vida, si es que existe, quiero estar ahí para volverte abrazar así sea por última vez. Hay muchas cosas que no te dije, muchas cosas que no voy a poder vivir con vos.. Tengo bronca e impotencia, rabia , dolor y un vacío en el pecho que jamás voy a poder llenar".
"Te amo por siempre mi ángel de cabellos negros, cuidame y guiame desde donde estés en este camino corto que es la vida. Que pronto... si Dios me lo permite voy a poder volverte a ver. Te amo, te amo, te amo en el ahora y en el más allá mi mariposa de alas doradas", despidió.
Un dolor que no parece callarse ni hallar consuelo en la vida de Antonella Jaitt..