El 19 de noviembre, el Día Mundial para la Prevención del abuso sexual en las infancias, Valeria Benítez Coll decidió no callarse más y contar, de una vez, su dura historia. Un relato de vida signado por el abuso sexual al que se vio sometida durante años, al igual que sus hermanas: Ana Laura, Cecilia y Ludmila.
Una escalofriante historia marcada por la mentira y la negación de toda una familia, "muy católica", porque el abusador era su padre. Un hombre a quien la exparticipante del programa Combate llama "Pablo" y que cumple prisión preventiva desde el 25 de julio de este año, acusado de "abuso sexual gravemente ultrajante" a partir de los testimonios de las hermanas.
En una noche, de un tirón, Valeria redactó una larga y sentida carta abierta que publicó en su cuenta de Instagram. En ella, detalla el dolor y la vergüenza que las cuatro padecieron por culpa de este ingeniero aeronáutico, empleado de Aerolíneas Argentinas y presidente, al igual que su esposa, del Movimiento Familiar Cristiano. Pesadilla avalada por el silencio de Liliana, la madre de las chicas, una ama de casa que, como dice Benítez Coll, "jamás lo pudo o quiso ver", y un gran núcleo de abuelos, tíos, primos y demás. "Todos criados con una fuerte presencia de la Iglesia Católica. Una familia de bien, eso era lo que aparentábamos", describió en sus líneas.
"Fueron años de no entender. Porque quien es tu papá, la persona que dice amarte y cuidarte usa tu cuerpito de niña para satisfacerse sexualmente. Te deja perturbada, asustada, confundida, inexplicablemente triste, angustiada, culposa. Te hace sentir sucia, te da asco, pero a la vez es tu papá, y lo amás por sobre cualquier mal, porque eso te enseñó", expresó en su publicación.
Valeria aclaró que, al llegar a la pubertad, Pablo habló a solas con ella y le dijo que no tenía que dejar que nadie le hiciera "los mimitos de papá" y que "papá no le iba a hacer más mimitos", confundiéndola aún más. Y fue cuando despuntó su adolescencia el quiebre en el que surgieron las preguntas: "¿Papá abusó sexualmente de mí cuando era chica? Y si es así, ¿mamá lo sabe? ¿Y mis hermanas?".
"Fueron años de no entender. Porque quien es tu papá, la persona que dice amarte y cuidarte usa tu cuerpito de niña para satisfacerse sexualmente".
Fue en ese momento, al hablar con sus hermanas, cuando todo salió a la luz. "A mis 14 años, Cecilia cargada de angustia me confiesa que a ella y a Ana Laura también las abusó", contó. A los 16, cuando Valeria pide ir a terapia, su padre le elige una psicóloga cristiana: "Yo volvía (de la sesión) a mi casa en el auto de mi abusador. Ella fue el primer adulto, y además profesional de la salud mental, que se entera del abuso y no hace la denuncia". El segundo adulto que calló fue su madre: "Un día la bomba estalla y le confesamos a nuestra mamá que fuimos abusadas por mi papá". A Liliana no le quedó otra que encarar a su marido y preguntarle si había abusado de sus hijas.
La mujer les juró que "no lo sabía", pero que "había tenido indicios". "Se convirtió en cómplice cuando lo supo y no dijo nada", aseguró la joven de 24 años, quien agregó que luego de esa tremenda charla, la familia se reunió a comer asado, tapando todo. Los años pasaron y la tensión fue en aumento hasta que Ludmila, la menor, también les dijo que había sido abusada.
"Mi madre se convirtió en cómplice cuando lo supo y no dijo nada".
"Yo no les puedo explicar el dolor y la impotencia, el miedo y la confusión, cuando las dos personas que tienen el rol de amarte y de protejerte cometen estos delitos", expresó en su doloroso texto Valeria, quien luego cuenta que cuando todos en la familia se enteraron, hicieron "como si nada".
Finalmente, luego de radicar denuncias que no prosperaron, en 2019 las cuatro chicas dejaron la casa familiar y volvieron a denunciar a su abusador. Esta vez, derivando en su detención. "Se está cayendo, lo estamos tirando. Vamos a hacer justicia por mis hermanas, por mí y por todes ustedes", cerró su posteo Valeria, conmovida tras el descargo.
Si sufrís, sufriste o conocés a una mujer víctima de violencia de género, podés comunicarte todos los días y de forma gratuita con la línea 144.