Es fresca, espontánea, no le teme a emocionarse en cámara, mostrarse enojada en vivo si algo le parece injusto, o dejar su silla de conductora para salir a la calle a entrevistar a la gente. Dominique Metzger o simplemente Domi, como la llama el público, es la cara de Nuestra Tarde de lunes a viernes de 13 a 16 hs. por TN. Junto a su equipo, la periodista se luce en el magazine diario.
En el marco del Ida y Vuelta de Ciudad, la conductora habló para la sección en la que los famosos se explayan relajados sobre su vida en un entretenido ping pong a fondo. Se estrena en exclusiva todos los viernes en el sitio y en nuestros Facebook e .
-¿Cómo es para vos ser conductora de Nuestra Tarde?
-Es muy divertido. Tiene que ver con algo que siempre deseé, anhelé y quise que suceda. Además, es como trabajar con amigos. Donde voy, me gusta armar equipo, que todos se sientan cómodos, se puedan lucir y pasemos un momento de diversión y alegría, con la información por supuesto, porque estamos en un canal de noticias. Pero trato de que sea algo ameno y agradable.
-¿Siempre soñaste con ser conductora de un noticiero?
-Nunca me imaginé conductora. Mi sueño sí era trabajar acá en Artear, en el canal. Pero lo mío era más como cronista, poder estar en Telenoche haciendo ese trabajo. Pero después todo lo demás fue surgiendo con el andar y haciéndolo. Ahí me fui dando cuenta que me encanta y fue creciendo el anhelo.
"Laburar los fines de semana en TN con con Edgardo Antoñana fue mi 'escuelita'. Me permitió ser yo misma. Ahí me pude mostrar, relajar y tener esa empatía con el público".
-¿Qué te devuelve la gente?
-Eso es re lindo. Fue la construcción de los fines de semana, que fue como mi "escuelita" junto con Edgardo Antoñana. Esa plataforma a mí me permitió, -al ser seis horas, un fin de semana, por ahí los jefes no están tan encima-, ser yo misma. Ahí me pude mostrar, relajar y tener esa empatía con el público. Para mí es una parte del programa el público, los trato de hacer formar parte todo el tiempo, buscar su complicidad. Obviamente yo no sé qué estás pensando pero busco un guiño y eso me devuelven en la calle. Sienten que forman parte de nuestro equipo junto con Confe (Fernando Confessore), Nacho (Otero), Dex (Federico Wiemeyer), Ceci (Marti), Silvia (Martínez) o (Diego) Ruscitti y eso para mí es la gloria total.
-¿Cómo fue seguir con la tradición familiar de tus padres, Eduardo Metzger y María Cristina González, de trabajar en los medios y en Artear en particular?
-Al principio no quería saber nada, me quería diferenciar e intenté meterme a estudiar gastronomía. Pero me di cuenta que no era lo que quería. Cuando empecé a trabajar como periodista me di cuenta que desde la panza de mi mamá conozco un canal de televisión. Siempre venía con ellos, nos integraban mucho a su trabajo. Venía a los estudios, a los canales. Entonces cuando entré al canal dije "este es mi lugar". No me daba vergüenza estar en un estudio ni me sentía incómoda, por el contrario, me siento realmente en mi casa.
-¿Qué pasó con la gastronomía?
-Quedó guardada para mi casa, para mis amigos, para mí. Es un trabajo que tiene muchas similitudes con este: no hay feriados, trabajás muchas horas, horarios "raros", demanda mucho, tenés que estar acompañada por un equipo, también tiene sus vanidades. Pero me pasaba que me quedaba algo como que no era suficiente, necesitaba hacer otra cosa, no me terminaba de completar y por suerte lo pude descubrir.
-¿Cómo fue tu primera experiencia como cronista de 00 a 7 am?
-Ay. Es que como te decía, mi anhelo era llegar a Artear. Venía, dejaba el currículum, quería hacerlo por mi cuenta, sin ayuda de nadie. Había venido como tres o cuatro veces y la última vez dije "que sea lo que Dios quiera". Vine, me reuní, dejé el currículum, pasaron los meses y me llamaron para hacer un reemplazo de madrugada. Yo pensé "si llego a decir que no, no me llaman más". Enseguida hablé con mi familia y me dijeron "tenés que hacerlo". En ese momento tenía un novio que me decía todo lo contrario "estás loca, no lo hagas, es un horario horrible". Bueno, estoy acá y a ese ex le mando un besito.
-¿Te separaste por eso?
-Y... un poco sí, por las diferencias. Era mi sueño también. Son decisiones que hay que ponerle mucho. Nada es mágico. Hay muy pocas personas tocadas por una varita, el resto es laburar, laburar y laburar, no hay otra.
-¿Cómo fueron estos años de gran crecimiento laboral y reconocimiento?
-Hermoso. La mejor escuela para mí es la calle. Tenés que pasar por ahí y saber todo de este trabajo. Cuando sos cronista de calle estás solo, no tenés productor, un estudio que te contenga, tenés la dificultad de hablar en medio de una manifestación, con lluvia, con calor, transpirando pero tenés que mostrarte bien. Y eso te da una gimnasia, un ritmo y un sentido común que no te lo da nada. Yo me doy cuenta cuando no pasaron por eso. Cuando mirás a la gente a la cara te das cuenta de sus necesidades y eso clave eso. Después pasé a la tarde a hacer móviles, después pasé a ser cronista a Telenoche. No fue nada meteórico, fue sobre seguro. No es que me dieron una oportunidad y yo no estaba preparada.
"Admiro mucho a Mónica Cahen D'Anvers, la conozco porque es del círculo de amigos de mis padres. Me hablaba por teléfono y me pasaba con César y me decían cosas muy lindas, que para ellos verme era como una especie de continuidad de lo que ellos han hecho. Ese es el mejor de los piropos que me pueden decir".
-¿A quién admirabas de chica?
-A Mónica Cahen D'Anvers. Es una persona del círculo de amistades de mis papás y siempre me gustó su modelo de mujer de periodista, conductora. Es cálida, súper preparada, sabe muchos idiomas, es una mujer de mucha cultura pero nunca te lo enrostra. Es simple, con su protagonismo pero no se pone por sobre la noticia.
-¿Y en la intimidad cómo es?
-Divina, alegre, muy divertida. Siempre tiene la frase justa, buenos consejos, muy cariñosa, muy dulce y pendiente de los otros. Bueno, de César (Mascetti), de sus hijos, de sus nietos, muy con los pies en la tierra.
-¿Alguna palabra que recuerdes que te haya dicho ella cuando te vio conduciendo acá?
-Me hablaba por teléfono y me pasaba con César y me decían cosas muy lindas, que para ellos verme era como una especie de continuidad de lo que ellos han hecho. Me parece que ese es el mejor de los piropos que me pueden decir.
-¿Quiénes sentís que te marcaron en la profesión?
-Mi papá, mi mamá. Los dos como profesionales y personas y por su ética. Y de acá adentro, Carlos De Elía, con sus buenos consejos. También mis compañeros, los cámaras sobre todo cuando salís a la calle. Y Edgardo Antoñana, un maestro para mí, que me terminó de ayudar a anfianzarme en el rol de conductora.
-Hacían una gran dupla.
-Sí. Hace poco se cumplieron 5 años de su partida y se lo extraña muchísimo. Me encantaría saber cómo estaría de contento viéndome ahora. Gran parte de todo esto se lo debo a él, me puso en un lugar de mucha visibilidad. Un tipo muy cariñoso, chinchudo también. Pero porque era un tipo muy de las rutinas. Me acuerdo que me había roto la rodilla y venía nada más que por él los fines de semana. Venía en muletas porque a él sino le cambiabas la rutina y no le gustaba. Me decía "yo te busco a las 5 de la mañana por tu casa". La verdad es que podría no haber venido en ese momento que estaba lesionada y venía por él. Formamos una amistad linda, con mucha diferencia de edad, pero esas experiencias eran un aprendizaje constante. Él antes estaba solo y era más "seriote" y siento que yo ayudé a que la gente conozca un costado de él de ternura, de alegría, de enojo. Cuando veía que algo lo iba a indignar, lo "pinchaba" un poquito para que se largue. Y a veces eso cuando estás solo no te sale. Estuvo bueno que la gente conozca y quiera tanto.
-¿Con quién que todavía no trabajaste te gustaría hacer dupla?
-Con Iván de Pineda. Me parece un pibe brillante, muy preparado, con muchísima ductilidad y podría hacer un programa de actualidad, sea noticiero o magazine tranquilamente.
-¿En qué gastaste la primera plata que ganaste?
-En pilcha. Me encanta. Ahora me volví más conservadora, trato de ahorrar. En esa época los primeros sueldos me los gastaba en ropa, en salir o en invitar a amigos. Me gusta agasajar a la gente que quiero.
-¿La ropa es tu perdición?
-Sí, la ropa y todo lo que pueda. Soy compradora compulsiva y encima ahora que es todo por internet, peor.
-Hace poco hiciste una declaración y mucha gente se sintió identificada y se conmovió. Contaste que a pesar de que hace más de veinte años que trabajás sin parar, todavía no pudiste comprarte tu casa.
-Estoy en eso mediante un crédito hipotecario. Es mi gran sueño. Trabajo desde los 18 años, hace más de veinte, y como no tuve la posibilidad de que mis viejos me ayuden porque siempre fueron muy laburantes pero somos muchos hermanos, no puedo. Les agradezco a ellos todas las herramientas que me dieron para valerme por mí misma, pero en este país es difícil. Alquilo y ahora estoy con esta posibilidad. Cuesta un montón. Sé que mucha gente que nos ve piensa que vivimos en un mundo de muchísimo poder adquisitivo. Hay gente que sí dentro del medio pero son contadas con los dedos de una mano. Después el resto somos re laburantes, nos tomamos subte, colectivo, ahorrás lo que podés, alquilás, te privás de un montón de cosas. Y siempre pienso "¿cómo puede ser que con tanto que trabajo me cueste tanto?". Además de acá, hago radio (Buen día Continental, de 6 a 9 hs. por Continental) y alguna otra cosa. Tengo capacidad de trabajo, ¿por qué no puedo acceder a una vivienda teniendo dos o tres trabajos?
"Estoy pensando en volver a las aplicaciones de citas. Algunos me dicen que no lo haga. Pero en cualquier momento vuelvo, prepárense. Es un lugar buenísimo para conocer a alguien".
-¿Momento laboral favorito de tu vida?
-El presente siempre. Nuestra Tarde es mi programa, con la gente que me gusta trabajar, con el equipo, nos va bien.
-¿Sos de mirar el rating cuando estás al aire?
-Mucho no. Pregunto si estamos bien. Los productores te van hablando por la "cucaracha" (N. de la R.: auricular por el que los productores pueden comunicarse con los conductores en medio de los programas) y me voy dando cuenta. Si me interrumpen mucho, ya es que hay que ir cambiando de tema y ahí intuyo. En el corte por ahí pregunto. Soy re competitiva, me gusta ganar pero no puedo estar pendiente del minuto a minuto. Siento que en mi función no hay que estar pendiente de eso. Es alienante.
-¿Qué cosas aprovechás para hacer los fines de semana, ahora que no trabajás?
-Dormir sin despertador, punto fundamental. Y después, ver a mis amigos, a la familia, mirar series, salir, jugar al tenis. Aprovecho para tratar de no hacer planes. Prefiero que el fin de semana sea "lo que pinte".
-¿Mejor cita?
-Una en la que se dé todo con naturalidad. Si está todo demasiado programado, me pondría más nerviosa, incómoda. Nunca tuve citas por fuera de un bar o ir al cine o ir a comer. No sé si me gustaría que me lleven a un lugar raro. Soy simple en eso, ir a comer a un lugar lindo, cerquita de mi barrio. No me gusta moverme mucho en mis días de descanso. Tampoco me gusta que me intenten impresionar con lujos: "te voy a llevar a un hotel cinco estrellas", no me divierte.
-¿Preferís un bodegón, por ejemplo?
-Eso sería diez puntos, sí.
-¿Qué opinás de las aplicaciones de citas?
-Tuve y estoy pensando en volver. Algunos me dicen que no lo haga. Pero en cualquier momento vuelvo, prepárense. Así que si me ven, soy la verdadera. Hoy por hoy, donde todos estamos súper atareados no tenés la posibilidad de ir a un museo, a un curso, como me decía mi abuela. Acá en el canal ya estoy hace muchos años, nos conocemos todos. Entonces no estoy con tiempo de hacer cursos ni nada para conocer gente. Lo mejor es usar una aplicación, que en definitiva las usamos para pedir comida, para la parte médica, para el entretenimiento. Es un lugar buenísimo para conocer a alguien. Obviamente tenés que tener mucha charla, filtrar y ver y de ahí salir a conocer a alguien en persona.
-¿Tenés un doble cuidado por ser conocida?
-Tengo cuidado por el tema seguridad y porque no sea un chanta, ja. Las veces que conocí a alguien por redes o aplicaciones, le metí mucha conversación y recién después les he pasado mi teléfono. Y ahí vas viendo. Una persona puede mentir pero tanto por tanto tiempo, creo que no.
-Si pudieras volver el tiempo atrás y cambiar una cosa de tu vida, ¿cuál sería?
-A veces pienso en eso. Porque repetí cuarto año de la secundaria. Y cambiaría eso. Igualmente me vino bien porque estaba en una etapa muy vaga, me hizo madurar. Siempre muy divertida en la clase, mucha charla. Me vino bien pero me da curiosidad qué habría pasado.
-¿Te perdiste el viaje de egresados?
-¡Fui dos veces!
-¿Al cumple de qué famoso te gustaría que te inviten?
-Al de Susana Giménez. Porque para mí debe ser todo como dice ella "fa-bu-lo-so". Me imagino todo muy divertido. Y de incógnito me gustaría ir al de algún político, para ver quiénes van, de qué hablan. Al de uno fuerte, al de Alberto (Fernández), (Horacio Rodríguez) Larreta, Cristina (Fernández). Imaginate.
-¿Algo que hacés que no le contás a nadie?
-Compro pavadas. Ahora se me viene rápido eso. El sistema que pone el palo de la escoba para pegar en la pared. Lo tengo ahí tirado, no lo puse en ningún lado. Son compras inútiles. No lo quiero decir mucho porque mi familia ya sabe. A veces mando a lo de mi mamá, a lo de mi hermana, otras veces me lo reciben acá. Voy variando así nadie se entera que lo hago con continuidad. Ya está, ya lo dije, soné.
"¿Al cumple de qué famoso me gustaría que me inviten? Al de Susana Giménez. Y de incógnito me gustaría ir al de algún político, para ver quiénes van, de qué hablan. Al de uno fuerte: Alberto, Larreta o Cristina".
-¿Te arrepentís de algo que hiciste? ¿O que no hiciste?
-Hay cosas que te dan vergüenza, pero que no las cambiaría. Todo es un aprendizaje. He dicho cosas al aire que fueron errores pero supe pedir disculpas y eso está bueno. Es una frase hecha pero se aprende de los errores, no las cambiaría. Y después, sí en un momento pensé en irme a vivir afuera. Me va a quedar pendiente porque hoy no me iría. Quise irme a probar en dos oportunidades pero quedó trunco.
-¿Quién es el o la mejor periodista del país?
-¡Qué pregunta! Me mataste. No me importa los que se enojen porque no los nombro. Es difícil porque nuestro trabajo está muy cuestionado. Y me parece bien que estemos interpelados. Es muy vanidoso nuestro trabajo. Entonces, ¿desde qué vara decís "el o la mejor periodista", por el rating? Los que más rating tienen no me parecen los mejores. El mejor es el que me conmueve, el que sabe escuchar. Me gusta mucho lo que está haciendo Paulita Bernini con las recorridas por todo el país acá en TN. Fede Wiemeyer, que es mi amigo, me gusta mucho porque tiene la posibilidad de armar una semblanza, sus informes son buenísimos y pone en palabras lo que a veces sentimos todos y me encanta. Voy tomando un poco de cada uno y voy armando un rompecabezas. Pepe Gil Vidal es otro que me gusta porque se sabe parar en cámara, te hace una ráfaga de información con una presición y una calidad como pocas. Creo que no hay que decir "mejores" porque nos pone en un lugar de vanidad que no me gusta así que no voy a elegir a uno.