La cuarentena obligatoria hizo que las personas se encuentren consigo mismas y puedan hacer una introspección sobre sus vidas. Graciela Alfano en una entrevista con Intrusos expuso un gran dolor que todavía lleva sobre su infancia y la relación marcada por la violencia y el abandono que tenía con su madre, Matilde Cassanova.
"Yo de chiquita era una nena abandonada. Mi padre viajaba, lo veía un mes en el año, y mi mamá era una persona especial, se olvidaba de mí. Capaz ella pasaba la noche en otro lado y había días enteros que no comía y que yo me mantenía con una lata de leche condensada”, empezó contando, a flor de piel.
"Mi mamá pasaba la noche en otro lado y había días enteros que no comía y que yo me mantenía con una lata de leche condensada".
“Una noche me quedé afuera, tenía 4 años y lo recuerdo clarísimo. Mi mamá no volvió esa noche, y yo toco la puerta de una vecina que vivía con su hermana. Esa noche me integran a su hogar y duermo ahí. Cuando volvió mi mamá me castigó duramente, me pegó porque no había que mostrar todo eso que pasaba en mi casa y que era tremendo. El tremendo abandono que sufría todos los días”, rememoró.
"A los 4 o 5 años desarrollé una técnica para agarrar los huevos crudos y hacerles un agujerito de un lado y del otro. Yo los chupaba por ahí. Crecí esos años en base de leche condensada y a los huevos que comía de esa manera".
“Recuerdo también que a los 4 o 5 años desarrollé una técnica para agarrar los huevos crudos y hacerles un agujerito de un lado y del otro. Lógicamente que los huevos se me caían y se me rompían, entonces yo los chupaba por ahí. Yo creo que crecí esos años en base a eso, a leche condensada y a los huevos que comía de esa manera”, confesó. “Por más que tengo mucha terapia, estas cosas se quedan adentro de uno”, finalizó Graciela Alfano, mostrando su lado más vulnerable.