Apache, la serie sobre la infancia y primeros años de Carlos Tevez, tiene muchos puntos destacables, sobre todo en cómo la biopic recrea el entorno del futbolista. Uno de los personajes más atractivos, sin dudas, es el de Danilo Sánchez, "el uruguayo" (interpretado por Matías Recalt), ese niño que vive a la par de Carlitos las aventuras en Fuerte Apache y los primeros entrenamientos.
En la vida real, ese primer compañero de vida de Tevez se llamó Darío Coronel, le decían "Cabañas", en referencia al famoso jugador paraguayo Roberto Cabañas, fue el mejor amigo del "crack xeneize" y su triste final lo marcó para siempre.
Amigos inseparables, Darío y Carlos nacieron el mismo año,1984, y en el mismo barrio; de chicos jugaron al fútbol en All Boys, Villa Real y Santa Clara, y cuando cumplieron los 10 años se fueron a probar a Vélez, club al que solo entró Coronel, que tenía tanto talento que incluso el propio Tevez reconoció que era mejor que él.
Fueron las drogas y las malas compañías las que truncarían el camino del amigo de Tevez, quien a los doce años comenzó a aspirar pegamento y a juntarse con los "Back Street Boys", una pandilla que se movía dentro del nudo 1 del Fuerte Apache, cuyos integrantes, en su mayoría, murieron en enfrentamientos con la Policía o con bandas rivales.
Una cosa lo llevó a la otra: luego del consumo, vino la adicción. Después, sus primeros robos y las entradas a institutos de menores. Así empezó a correrse de ese destino brillante que le auguraban sus entrenadores de Vélez, club de donde lo echaron varias veces por hurto, pero que siempre lo volvía a buscar, porque lo adoraban y realmente la rompía jugando.
De a poco, su vida empezó a girar por completo en torno a las adicciones y, en vez de convertirse en un crack en la cancha, como su amigo, se convirtió en líder de una de las bandas delictivas de Fuerte Apache.
Finalmente, Coronel abandonó por completo el fútbol y, acorralado por la Policía en una persecusión tras el robo a un casino, se quitó la vida con un disparo en la sien.