Igual que miles deportistas de alta competencia, el aislamiento social, preventivo y obligatorio le hizo imposible entrenarse a Sebastián Galleguillo (18). Este joven humilde del Barrio La Capilla de Florencia Varela, es un nadador sordo al que sus padres, Edmundo y Marta, le armaron una pileta para dentro de la casa para que no pierda el ritmo.
Integrante de la Selección Argentina de nadadores sordos que el año próximo competirá en las Sordolimpiadas, en Brasil, Sebastián puede escuchar como cualquiera gracias a un sofisticado dispositivo que se coloca en sus orejas. Por eso, sorprendió con su sincera respuesta cuando le en Todas las tardes preguntaron que sintió la primera vez que pudo oír.
"Vivo en el campo y mis papás me preguntaban si escuchaba el canto de las aves. Nunca lo había esuchado hasta que me puse los audífonos a los 8 años".
“No es que experimentaba un silencio total, sino el hecho de no haber escuchado nunca los sonidos que ahora escucho. Vivo en el campo y mis papás me preguntaban si escuchaba el canto de las aves. Nunca lo había esuchado hasta que me puse los audífonos a los 8 años. Ahí escuché los pájaros, el molino de la esquina, los sapos”, aclaró.
“¿Cómo fue la sensación de escuchar por primera vez el canto de los pájaros?”, indagó Lio Pecoraro. Y con humor y honestidad, Sebastián Galleguillo contestó: “¿Sinceramente? ¡Qué irritantes que son los pájaros! Cantaban todo el día”.
Descostillada de la risa, Maju Lozano remató el chiste de quien fuera campeón bonaerense en natación adaptada y en los Juegos Nacionales Evita: “El productor nos dice algo horrible. Que lo que te pasa a vos con los pájaros le pasa a él con nosotros. Dice que somos irritantes”.