Dice el refrán que hasta al mejor cazador se le escapa una liebre, y en este caso también a una mega y minuciosa producción como Game of Thrones se le pasó un detalle. En el cuarto episodio de la octava temporada alguien dejó un icónico vaso de café de Starbucks sobre una mesa de madera, delante de personaje Daenerys Targaryen, personaje interpretado por Emilia Clarke.
¿Error inadmisible en una ficción con un presupuesto de 15 millones de dólares por capítulo? ¿Estrategia de márketing acordada con la empresa involucrada? En la escena en cuestión, Jon Snow (Kit Harington) y Tormund Giantsbane (Kristofer Hivju) celebran tomando vino en rústicas jarras y cuernos huecos, mientras que al siguiente cuadro la cámara apunta hacia Daenerys, quien parece estar molesta. Y si bien la reina de los dragones no brindaba, delante de ella apareció un objeto que no era de ese tiempo y que estaba colocado sobre la mesa: una taza de cartón de Starbucks.
Especulaciones al margen, lo cierto es que mientras que desde HBO mantuvieron el silencio hasta el momento, la cuenta de Twitter de Starbucks aprovechó que era parte de la conversación global en la red social, para hacer un divertido chiste sobre las preferencias de Daenerys Targaryen a la hora de beber y festejar: “Para ser honestos, estamos sorprendidos que no haya pedido un trago de dragón”.