Y un día, Mariela Fernández dijo basta. El golpe de la muerte de su padre el 17 de diciembre pasado fue demasiado dolor para la conductora, que terminó renunciando a tres de sus trabajos sumida en una fuerte depresión. Dejó Cortá por Lozano, TVR y No está todo dicho, el ciclo de Guido Kaczka en La Cien y solo continuó con No te duermas, su programa de C5N.
"Me entregué a lo que sentía y paré. Si no lo hacía, iba a terminar mal. Nunca pensé que me iba a doler tanto el alma con la partida de mi papá. Hay como un antes y un después en mi vida. Mi laburo tiene mucho que ver con mi alegría, con arengar, con la buena onda, el optimismo y el tiremos para adelante. Y la partida de mi viejo me apagó esa llamita”, contó en una entrevista con La Nación.
"Hay como un antes y un después en mi vida. Recién ahora estoy empezando a aceptar que no está mi papá y entendiendo que depende de mí y sólo de mí encender esa llamita".
Mariela recordó el último encuentro con su padre. “El día anterior celebramos mi cumpleaños en la quinta de mi novio. Fue íntimo, en familia. Mamá, papá, mi hermano con su mujer, mi hija, mi novio y yo. Una tarde hermosa. Terminó el día, se fueron a dormir y al otro día amaneció ya fallecido. Como que la vida me lo arrancó”, se lamentó la conductora. “Recién ahora estoy empezando a aceptar que no está mi papá y entendiendo que depende de mí y sólo de mí encender esa llamita. Al no tener alegría no tenía ganas de nada. Bajé 10 kilos, dejé de comer, yo ya soy delgada. ¡Llegué a pesar 50 kilos!”, reveló.
Mariela fue madre a los 23 años y hoy, con una hija adolescente de 18 y la mirada hacia el futuro renovada, apuesta a volver a se madre con su pareja. “Ahora estamos con Alex teniendo ganas. El tiene dos hijos, yo tengo la mía, y al principio, cuando nos conocimos, ni él ni yo queríamos ser padres de nuevo. Pero eso fue hace dos años. Ahora, al irnos conociendo, nos dio ganas”, completó.