Griselda Siciliani (38) se prepara para debutar con Educando a Nina, la tira de Telefe que protagonizará y que estrenará su primer capítulo el próximo lunes a las 21.30 horas. A la bella actriz no le tembló el pulso a la hora de firmar el contrato con el canal competidor de El Trece, cuyo director de Programación es su pareja, Adrián Suar (48), con quien tiene a su hija Margarita (3).
Divertida y con el humor que le imprime a todas sus entrevistas, Griselda habló de cómo fue tomar esa decisión y despertó los suspiros de la platea masculina con una súper sexy producción de fotos.
“Adrián me ofreció mucho (para retenerla en El Trece). Pero luego de cada propuesta se respondía solo: ‘No, pero tenés que hacer Nina, ahí la vas a romper’. Las veces que dudé -por el tiempo que demanda esta tira-, él me alentó para que no me ganase la madre loca que soy: ‘Gri, Magui ya va a cumplir cuatro años… Tranqui, yo voy a ayudarte. Vos podés’, me decía”.
“Competir con Adrián es un juego simpático, una circunstancia que viviremos muchas veces más. Chanzas, miles. Por ahí nos cruzamos en el living y me dice por lo bajo: ‘Preparate, porque voy a arruinarte’. Y yo le contesto al pasar: ‘Fijate qué me ponés enfrente’”, expresó en diálogo con la , semanario del que es la tapa de su nueva edición.
“El límite de la competencia son cuatro puntos de rating. En casa nos divierte mucho el Boca-River, pero si alguno gana por una diferencia mayor, ya no se festejaría delante del otro”, agregó.
¿Qué hizo Adrián para retenerla? “Me ofreció mucho. Pero luego de cada propuesta se respondía solo: ‘No, pero tenés que hacer Nina, ahí la vas a romper’. Las veces que dudé -por el tiempo que demanda esta tira-, él me alentó para que no me ganase la madre loca que soy: ‘Gri, Magui ya va a cumplir cuatro años… Tranqui, yo voy a ayudarte. Vos podés’, me decía”.
"Alguna vez pensé retocarme las lolas después de amamantar, pero no me animo. Les tomé cariño así, sufriditas y pequeñas. No me gustan las tetas grandes. Las cirugías tienen que ver con falencias personales, una crisis que yo no transito".
Por otro lado, se refirió a cómo se desenvuelve en el ámbito de la intimidad: “Con el romanticismo tengo una dualidad: puedo ser una tana de furia pasional o una nena esperando flores… y nunca sé cuál soy en realidad. Por ahí en el sexo sí soy decididamente más brava, al natural. Porque la vida siempre es más divertida sin maquillaje”. Y agregó: "Tantos años de danza me enseñaron a ser libre con mi cuerpo, pero también más atenta y minuciosa. Sí, estoy flaca, pero me gustaría estar más entrenada. Alguna vez pensé retocarme las lolas después de amamantar, pero no me animo. Les tomé cariño así, sufriditas y pequeñas. No me gustan las tetas grandes. Las cirugías tienen que ver con falencias personales, una crisis que yo no transito".
Por último, hizo una confesión sin filtro: “Soy muy celosa en tanto mi marido mire a una mujer que también me guste. Si no registro competencia, puede ser hasta gracioso. Pero los celos son un sentimiento bastante pelotudo. Por pudor, hago un ejercicio interno para reprimir las escenitas. A menos que abra una puerta y vea a mi marido en ‘ese’ momento, siento que esas fantasías son un tema mío y él no tiene por qué aguantármelas”, cerró.
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