Luego de que sus test de coronavirus diera positivo, su salud empeoró. Tanto, que Fredy Villarreal tuvo que ser internado en terapia intensiva. Esta situación provocó la angustia y preocupación de quienes lo quieren. Por eso, el humorista publicó en Instagram un intenso descargo en el que remarcó que siente que le está ganando al virus.
“Primero supe que estabas amenazante. Luego lanzaste toda tu furia de fuego para ver con qué podías vulnerarme y te hice frente con hidalguía. Empezaste a quemarlo todo alrededor, mientras corría a refugiarme herido, atacado y cansado, salvando lo que tenía a mi alcance. Hasta que tuve que esconderme de tu frenética destrucción, feroz con quien te desafía”, aseguró el actor, en plena recuperación.
Y siguió: "Pero en un momento, me perdiste de vista. Tirado en el piso, desnudo y en el piso caliente, vi cómo destruiste todo. Como quemaste todo, sin ver porque tus llamas enceguecidas no dejan de jactarte de tu frenética destrucción. Solo querías ver a quién ganabas y no lo que ganabas. Tan bajo me siento haber caído, tan en el fondo, devastado, que el solo hecho de pensar en no caer más, me eleva. Entonces, es ahora donde pienso cuánto más de pie me encuentro. Sí, mirame dónde estoy. Allí, donde todo está roto, mi pulmón guarda un aliento. Allí estoy, en el piso, donde ese poquito de oxígeno que me queda le da fuerza a mi pecho y a cada rincón de mi cuerpo. A cada tendón, para que se tense y se estire, y pueda ponerme de rodillas una vez más sobre las frías cenizas que han quedado”.
"Allí, donde todo está roto, mi pulmón guarda un aliento. Allí estoy, en el piso, donde ese poquito de oxígeno que me queda le da fuerza a mi pecho y a cada rincón de mi cuerpo".
Tras su paso por la Clínica Zabala, remarcó que pese a que todavía no se siente del todo bien seguirá dando batalla: "Me levanto, construyo y vuelvo a crecer de a poco, fugándome a donde no me puedas encontrar de nuevo y negociar con mis propias sombras. Alzo los escombros de mi cuerpo de nuevo, que de seguro tomarán otra vez sus formas y forjar una nueva estructura. Ahora me descubriste, me ves de nuevo, ahora. ¡Levantándome, soy visible otra vez! ¿Pero qué les pasa a tus llamas? Me esperan ahora, desafiantes, sin avanzar ni un ápice. Estoy de vuelta, con más fuerza, siento ahora tu inmenso respeto. En la adversidad, rendirse es una posibilidad que se te va a presentar, junto con fallar y acertar. Solo sé lo que no quiero... Rendirme”.
"Para mis hijos este mensaje y para todos los que aprendan a vivir con fuerza. COVID-19, 2020. Hay esperanza”.
Y se despidió con un mensaje alentador: "Porque perdería la posibilidad de acertar o de simplemente fallar, cualquiera de las dos es el camino para ganar. Creo que solo Dios sabrá si alguien debe ganar esta batalla. Porque quizás para él solo sea suficiente saber que el mal existe, pero que una fuerza divina lo puede contener. Aquí estaré entonces, nunca perdiéndote de vista, siempre preparado para demostrarte a lo que puedo llegar, si fuera necesario. Vamos hoy, vamos hoy, un poco más. Aprendí que la mayor altura se tiene, en la menos caída posible. Eso te elevará para siempre. Aquí estoy, desde la cima... Las llamas se alejaron. Para mis hijos este mensaje y para todos los que aprendan a vivir con fuerza. COVID-19, 2020. Hay esperanza”.
¡Fuerza!
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