Luego de que Francisco Delgado (33) demostrara tener buena onda con su ex Barby Silenzi (34), madre de su hija Elena (3), al compartir una foto de los tres juntos en las redes, muchos seguidores plasmaron su corazoncito en el muro. Sin embargo, otros usuarios cuestionaron al exparticipante de Gran Hermano al ver que en las últimas semanas había publicado varias imágenes de su hija menor y ninguna de Ian, su hijo de 6 años, fruto de su relación pasada con Gisela Bernal (32).
Cansado de algunas críticas y agresiones que recibió, Delgado optó por subir una imagen acompañado de Ian (la última era del 24 de enero, menos de un mes atrás) y se descargó con un extenso texto en su cuenta de Instagram:
Hace mucho tiempo que vengo aguantando y aguantando un sinfín de insultos y broncas de los seguidores y no seguidores de esta red social, que muchas veces -y como dice mi viejo- parece más una red cloacal que social, por las fotos que subo, por las fotos que no subo, etc, etc, etc. Quiero que sepan que la mamá de Elena me envía a diario fotos y videos de mi hija, y amo profundamente compartirlas en este muro de Instagram, entre otras cosas. Para los que no lo saben, es para mí un gran álbum familiar en el cual me apoyo cada vez que quiero mostrarle a alguien que conozco a mis hijos, mis viejos, mis amigos. Subo fotos viejas, nuevas y que saco en el dia, pero nada de todo eso es demasiado importante; tal es así, que pienso y siento que no soy tan relevante como para que los haters de turno se dediquen día a día a transferir en mí tanta angustia existencial que los carcome por dentro. Vayan al psicólogo.
Este post, de todos modos, va con dedicación 100% a la otra gente que por suerte es la mayoría. La gente que a diario me envía afecto, que me cuenta lo hermosos que les parecen mis hijos, que se toman el tiempo, con lo preciado y necesario que es, de enviarme textos súper extensos contándome alguna linda anécdota de Gran Hermano, o cómo vivieron aquella época donde mi vida estaba tan convulsionada.
Es para ellos, este tiempo, en casa, solo, tipeando y contándoles también que sigo pensando fuertemente que las dos mamás de mis hijos son excelentes madres, dedicadas 100% y que les dan un amor tan real y tangible que no tengo una sola duda de ello. Quizá Ian, al ser un poco más grande que Elena, tiene la suerte de no estar tan expuesto a las cámaras, pero si miran un poquito el historial de esta cuenta van a contar con cientos de fotos de él.
"Pienso y siento que no soy tan relevante como para que los haters de turno se dediquen día a día a transferir en mi tanta angustia existencial que los carcome por dentro. Vayan al psicólogo".
Ahora, yo no voy a cargar con las angustias de los giles que ponen en duda el amor que tengo para con mis hijos. En todo caso eso es un problema mío y quienes serán los únicos encargados de juzgarme serán ellos, nadie más que ellos. Cuando ese tiempo llegue estoy seguro de que vamos a estar los tres en una comunión hermosa, porque si de algo estoy seguro, es que a un niño sólo hay que darle dos cosas: AMOR Y PACIENCIA. Con eso, toda alma esta salvada.